VALPARAISO, CHILE.-La intervención del Ejército para disolver una manifestación pacífica desató el caos en la ciudad chilena de Valparaíso, donde ayer se registraron saqueos y disturbios por cuarto día consecutivo.
Los gases lacrimógenos, barricadas y desmanes enturbiaron una jornada que había arrancado con una animada y colorida manifestación liderada por empleados del hospital público de Valparaíso a la que se sumaron estudiantes, jubilados y trabajadores.
Sus reclamos y aspiraciones resumían la demanda de cambios que subyace en el fondo de este estallido social que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno del conservador Sebastián Piñera. Financiación para una sanidad pública de calidad, rebajas en el precio de los medicamentos, jubilaciones dignas y un modelo educativo que no profundice la desigualdad social, todo acompañado de un clamor popular contra el mandatario y una frase pronunciada hace un par de días que lo acompañará durante mucho tiempo- “estamos en guerra”.
“Aquí no hay ninguna guerra, lo que queremos son pensiones y trabajos dignos y que termine este estado de emergencia que decretó el Gobierno”, señaló Bruno Lavín, un jubilado de 69 años que trabajó por más de tres décadas en el municipio de Valparaíso.
La columna de miles de manifestantes se movilizó por las calles de la ciudad puerto en medio de batucadas, cacerolazos y una consigna que se repite en las marchas a lo largo del país- “Chile despertó”. Antes de llegar frente a la sede del Congreso, los manifestantes se toparon con medio centenar de soldados del Ejército armados con fusiles y respaldados por camiones lanzaagua que les cerraron el paso.
La marcha se detuvo y cientos de personas se quedaron un buen rato frente a los soldados entonando cánticos contra la militarización del país. De repente, los militares se hicieron a un lado, el camión avanzó y empezó a lanzar chorros de agua para dispersar a los manifestantes, que corrieron por las calles aledañas mientras las bombas lacrimógenas hacían irrespirable el ambiente.
En plena confusión, algunas personas llegaron a un cuartel de la Policía de Investigaciones (PDI) e increparon a los agentes, que salieron repentinamente por la puerta armados con escopetas de perdigones y realizaron varios disparos.
A pocos metros de allí un tumulto aprovechó el caos para romper la valla de una tienda de productos de limpieza y aseo personal y empezó el saqueo.
Toque de queda
Un nuevo toque de queda se decretó ayer en diferentes ciudades de Chile y es el cuarto consecutivo en Santiago, Valparaíso y Concepción (sur) desde que se registran las protestas, informaron hoy las autoridades de los diferentes cuerpos de las fuerzas Armadas.
La medida excepcional regirá en toda la región Metropolitana, a la que pertenece la capital chilena, entre las 8 de la noche y la 5 de la madrugada del otro día.
En el caso de la vecina Valparaíso y la provincia de Concepción también se establece la restricción. Suman cuatro noches de prohibición de libertades personales de movilidad, y estará vigente por 12 horas en dichas provincias.
En el resto del país, de norte a sur, toque de queda en la provincia de Iquique y la ciudad Alto Hospicio (región de Tarapacá), las localidades de Copiapó, Vallenar y Caldera (región de Atacama), las comunas de La Serena y Coquimbo (región homónima), Rancagua (región de O’Higgins) y la sureña comuna de Valdivia (región de Los Ríos). Además de los toques de queda, el Gobierno también amplió el estado de emergencia a la comuna de Arica, en la frontera con Perú, en la región de Arica y Parinacota, que hasta el momento permanecía fuera de las medidas de excepción.
Por tercer día consecutivo se observan largas filas frente a los pocos supermercados abiertos para obtener productos básicos que empiezan a escasear.
Estado de emergencia
— Diálogo
El presidente Sebastián Piñera buscaba una solución a la crisis con partidos de la oposición, pero se negaron a dialogar con el mandatario alegando que primero debe levantar el estado de emergencia que rige en el país.