En los últimos meses los haitianos han salido a protestar contra el uso dado por el gobierno a los fondos provenientes de PetroCaribe.
Puerto Príncipe.- El presidente de Haití, Jovenel Moïse, aprovechó el domingo la conmemoración de una importante efeméride para llamar a la unidad y el diálogo en momentos en que proliferan los llamados de grupos opositores para que renuncie debido a la falta de resultados en la investigación por el presunto desvío de fondos millonarios del programa petrolero Petrocaribe.
“La batalla terminó. Hoy es tiempo de unirnos para romper las cadenas del subdesarrollo y la miseria», dijo el jefe de estado en un mensaje difundido por radio y televisión con motivo del 215to aniversario de la batalla de Vertieres, que representa el último paso de los haitianos para obtener su independencia de Francia a comienzo del Siglo XIX y con ellos acabar con la colonia esclavista.
Moïse cambió de último momento su agenda del día ante los llamados a protestas de varios grupos opositores que convocaron a marchas en diferentes zonas de la capital y en la norteña Cabo Haitiano en demanda de una investigación profunda sobre el presunto desvío de fondos millonarios del programa petrolero Petrocaribe.
Algunos manifestantes comenzaron a bloquear calles con neumáticos incendiados desde la víspera. El exsenador Moïse Jean-Charles, quien encabeza las protestas en Cabo Haitiano, 130 kilómetros al norte de la capital, también pide la renuncia del presidente Moïse y de su gobierno por considerar que se han negado a profundizar la investigación.
El presidente Moïse canceló el domingo el viaje que tenía previsto junto a los miembros de su gabinete a Cabo Haitiano para conmemorar, como tradicionalmente realizan los presidentes, el aniversario de la batalla de Vertieres.
El mandatario en cambio depositó una ofrenda floral en el panteón nacional de la capital y difundió un mensaje por radio y televisión.
El jefe de Estado hizo un llamado a la población a unir esfuerzos para romper las “cadenas del subdesarrollo» caracterizadas por el espíritu antidemocrático que busca “crear inestabilidad y más miseria».
Ante la posibilidad de disturbios durante las protestas, como los ocurridos en julio y octubre, la policía anunció el despliegue de unos 3.000 agentes en la capital y Cabo Haitiano y aseguró que mantiene el control en ambas localidades.
Durante el domingo se han registrado algunos incidentes, como bloqueos de calles y algunas personas que han lanzado rocas y botellas a los agentes, dijo la policía.
La embajada estadunidense recomendó a su personal permanecer en lugares seguros desde el mediodía del sábado.
Como parte del llamado a protestas, diversos grupos de la oposición en la víspera bloquearon varias calles de Puerto Príncipe y Cabo Haitiano con basura y neumáticos incinerados. Algunos medios de comunicación reportaron que bandas armadas realizaron disparos al aire en varios puntos de la ciudad. La policía no confirmó esas versiones.
Las protestas forman parte de las manifestaciones para exigir procesos judiciales en contra de los responsables del desvío de unos 3.800 millones de dólares de Petrocaribe.
Según una investigación del Senado, al menos 14 exfuncionarios estuvieron vinculados al desvío de los fondos durante el gobierno del expresidente Michel Martelly (2011-2016) y ninguno ha sido procesado judicialmente.
Mediante Petrocaribe, Venezuela ofrece desde 2005 a países de la región el suministro de crudo a bajos precios, con créditos blandos y facilidades financieras a 25 años con dos de gracia.
En una de las jornadas de protestas más recientes, manifestantes lanzaron piedras contra agentes policiales cuando el presidente Moïse, que llegó a la presidencia en febrero del 2017 como abanderado del partido de Martelly, depositaba el 17 de octubre una ofrenda floral en el monumento al líder independentista Jean-Jacques Dessalines en su aniversario luctuoso.
De forma previa, los violentos disturbios registrados durante protestas contra el intento del gobierno de aumentar los precios de los combustibles a principios de julio dejaron decenas de comercios saqueados y destruidos y obligaron al entonces primer ministro Jack Guy Lafontant a renunciar con todo su gabinete.