Puerto Príncipe.- El presidente haitiano Jovenel Moïse presentó la noche del martes con orgullo un balance de su primer año de gobierno, pese a las severas dificultades económicas que atraviesa el país y a una masiva emigración de los jóvenes del país.
«Se ha realizado mucho trabajo este año a través del país», dijo el mandatario durante una conferencia de prensa, y recordó que «en un país donde faltan recursos financieros, donde todas son prioridades, es difícil decidir».
Como prometió en su campaña, Jovenel Moïse se centró en 2017 en la rehabilitación de las rutas e infraestructura agrícola en la provincia, de donde es originario.
Detalló los kilómetros de rutas que fueron asfaltadas y los canales de riego habilitados. Los costos y contratos de ejecución de estas obras se desconocen y se denuncia falta de transparencia. Pero «la caravana del cambio no tiene presupuesto, es una estrategia», dice el mandatario.
El Banco Central haitiano expresó la semana pasada su inquietud por el déficit presupuestario (más de 78 millones de dólares desde el mes de octubre) y por los nuevos signos de devaluación de la moneda local. Pero Jovenel Moïse minimiza la gravedad de esos indicadores.
«Muchos atribuyen el déficit presupuestal a gastos del gobierno que no cumplen las normas, pero no creo que exista esa situación alarmante», dijo Moïse a la prensa.
La masiva emigración de jóvenes haitianos al continente americano constituye una importante amenaza para la economía del país, pero el gobierno carece de una estrategia que permita frenar ese éxodo en el corto o mediano plazo.
«Vamos a trabajar durante cinco años para que el próximo presidente tenga una base sólida para construir todo lo necesario para que Haití pueda acoger a todos sus hijos», indicó.
«Para que los jóvenes no se vayan, necesitan tener perspectivas y debemos construir esperanza», agregó.
Solo en 2017, más de 100.000 haitianos emigraron a Chile, según cifras proporcionadas por las autoridades chilenas a principios del año.
Históricamente, Estados Unidos constituía el principal destino de los haitianos, pero ante el endurecimiento de la política de la Casa Blanca hacia los migrantes, Chile, que no les exige visa, pasó a ser el destino preferido.