Filipinas.- El más que probable presidente electo de Filipinas atacó a la iglesia católica, que juega un papel importante en el país, calificándola como “la institución más hipócrita” y acusó a algunos de sus obispos de corrupción por supuestamente pedir favores a políticos, incluido a él.
En una conferencia de prensa que comenzó el sábado en la noche y se prolongó hasta el domingo, el alcalde de la ciudad de Davao, en el sur del país, Rodrigo Duterte cuestionó la relevancia de los obispos católicos, citando su abrumadora victoria en los comicios presidenciales del 9 de mayo, en base al escrutinio no oficial de los votos, pese a los esfuerzos del clero para convencer al país de que no lo votaran.
Duterte maldijo a los obispos con un insulto grave en referencia a sus madres, y los acusó de beneficiarse de dinero público mientras los pobres del país no pueden permitirse comparar alimentos o medicinas.
Esta condena pública a la influyente iglesia de boca de un alto cargo es algo poco habitual en el bastión del catolicismo en Asia.