Santo Domingo.–El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán, defendió ayer el sistema judicial y pronunció duras críticas contra el procurador Francisco Domínguez Brito y su posición en contra de la sentencia de “No ha lugar” que benefició al senador Félix Bautista y otros implicados.
Germán sostuvo que la Justicia no sucumbirá en mano de un Poder Judicial como los que integran la Suprema Corte, y llamó al pueblo a tener fe y seguridad en ellos.
“Nosotros no le hemos fallado ni le fallaremos.
El Poder Judicial no está en crisis”, precisó.
Además, sostuvo que solo quien no tiene fe en la justicia es capaz de ocasionarle daño “como lo ha hecho el Procurador General de la República”.
Indicó que Domínguez Brito ha llegado al extremo de llamar a una desobediencia civil contra el Poder Judicial, actitud con la cual niega la esencialidad de su función y desconoce que forma parte de la institucionalidad judicial y de uno de los poderes del Estado.
La declaraciones de Germán surgen en momento en que la sentencia del juez de la Suprema, Alejandro Moscoso Segarra, ha sido criticada y rechazada por diferentes sectores de la sociedad. Mariano Germán calificó de “inmadura, irreflexiva, irrespetuusa y propia del populismo”, la actitud del Procurador, “cuando de él esperábamos otra actitud y declaraciones”.
Agregó que ha sido incapaz de “pedir la renuncia de Domínguez Brito y de llamar a protestas públicas en contra de determinados miembros del Ministerio Público por la comisión de actos impropios, como son aquellos que los ligan a las drogas”.
A continuación la Declaración pública del presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial, Mariano Germán Mejía
Quienes ocupan altos cargos públicos, y en particular en las instancias judiciales, sólo alcanzan niveles aceptables de éxito si tienen fe, conocimiento y madurez, expresada esta última en actos de prudencia y sabiduría.
Solo quien conozca profundamente que el litigio es un conflicto entre dos o más partes a ser dirimido por un tercero imparcial, que es el juez, y en el cual unos ganan, otros pierden y sólo uno tiene la razón: el juez; está habilitado para manejar con tranquilidad profesional y de conciencia un cargo en un Estado social, constitucional y democrático de derecho.
Quien así no lo entienda se llena de pasión y la pasión ciega y al cegar al conocimiento es conducido a las malas o a las caprichosas interpretaciones de las decisiones.
Quien carezca de fe no puede conducir con éxito una alta instancia en el área de la justicia. Quien carezca de conocimiento tampoco podrá manejar exitosamente las grandes decisiones. De igual manera ocurre con aquel que carezca de prudencia y sabiduría.
El Procurador General de la República ha evidenciado con sus actitudes y sus declaraciones no tener fe en la Justicia dominicana. Sólo quien no tiene fe en ella es capaz de ocasionarle daños, como lo ha hecho el Procurador General de la República.
El máximo representante del Ministerio Público ha desconocido que él participó como parte en los procesos que le han servido de causa para provocar sus irreflexiones públicas. Ha desconocido que en un proceso quien pierde en una instancia sólo le está permitido impugnar la decisión adoptada, mediante el recurso correspondiente.
El Procurador General ha llevado los procesos que han motivado sus declaraciones, primero, a los medios de comunicación y después a la jurisdicción; y los recursos en contra de las decisiones los ventiló en la opinión pública, antes de presentarlos a la segunda instancia.
Actitud totalmente inapropiada a la naturaleza de la función que desempeña por mandato de la Constitución y las leyes.
Dicho funcionario ha llegado al extremo de llamar a una desobediencia civil contra el Poder Judicial. Actitud con la cual niega la esencialidad de su función y desconoce que forma parte de la institucionalidad judicial y de uno de los poderes del Estado.
Son sus actitudes y sus declaraciones las que han promovido el exacerbamiento social, pues, si el jefe del Ministerio Público llama a la desobediencia, no puede esperarse conductas diferentes de parte de sectores propensos al desconocimiento del orden establecido y hasta de sectores tradicionalmente sensatos.
Quien ofrece al país estas declaraciones ha sido sumamente prudente ante acontecimientos que han manchado la toga de diversos representantes del Ministerio Público, porque reconoce que un solo acto de un funcionario no define la historia ni el futuro de la institución a la cual pertenece y menos aún en el caso del Poder Judicial, en el cual una decisión solo es atacable mediante el condigno recurso.
Más aún, ha sido incapaz de pedir la renuncia del Procurador General de la República y de llamar a protestas públicas en contra de determinados miembros del Ministerio Público por la comisión de actos impropios, como son aquellos que los ligan a las drogas.
Quien está al frente de una Alta Instancia Judicial está obligado a decidir los conflictos apegados a la Constitución, a las Convenciones Internacionales y a las leyes y no puede manejar las decisiones que en ella se toman con un criterio populista.
El Poder Judicial ha logrado avances significativos y trabaja diariamente a favor de la justicia, manejando los casos con tranquilidad y sin el desasosiego que procuran llevarle los sectores políticos y sociales fácticos.
El Poder Judicial hace constar:
1) Su condición de aliado en la lucha contra la corrupción, por los grandes males que esta produce a la sociedad. Sin ella, los grandes males de esta última se hubiesen hoy día disminuido de manera importante.
Cuente, la población dominicana sana, buena y preocupada con un acompañante fiel, sereno y sin populismo alienante, para llevar a cabo la lucha contra la corrupción.
Ese es un valor que forma parte de la cultura de vida del Presidente de la Suprema Corte de Justicia y con ella avala su conducta pública y privada.
El Presidente del Poder Judicial ha declarado en múltiples ocasiones su convicción en tal sentido y con su conducta diaria la ha garantizado, porque es parte de su formación personal.
2) Su decisión de no pronunciarse en momento alguno sobre casos que cursan por ante los tribunales, sin embargo espera del Ministerio Público que fortalezca su trabajo profesional, cuando entienda que un supremo interés está envuelto.
La actitud del Procurador General de la República ha sido inmadura, irreflexiva, irrespetuosa y propia del populismo judicial que lo caracteriza, cuando de él esperábamos otras actitudes y declaraciones.
El Poder Judicial levanta y ondea la bandera de lucha contra la corrupción, al igual que el señor Procurador, pero aguarda de él reflexión, prudencia y respeto.
La justicia no sucumbirá en manos de un Poder Judicial como los que integran esta Suprema Corte de Justicia y los demás que forman parte de su estructura institucional.
El pueblo dominicano que tenga fe y seguridad. Nosotros no le hemos fallado ni le fallaremos. El Poder Judicial no está en crisis.
Actuaremos siempre apegados a los principios de independencia, imparcialidad, transparencia, sea cual fueren las circunstancias que se presentaren.