Presente, siempre

Presente, siempre

Presente, siempre

Ana Blanco

Nunca he podido quedarme sentada si hay algo por hacer, sea mi responsabilidad o no. Aprendí en mi casa que la excelencia llega cuando se trabaja en equipo e intento siempre ayudar y aportar en cualquier ámbito de mi vida. Si llaman a mi puerta van a encontrar una respuesta proactiva.

Pero no es tan sencillo como esta enseñanza. Muchas veces te lleva a que otros se aprovechen de ti y otras cuantas a que si algo sale mal la culpa sea tuya, y los verdaderamente responsables miren a otro lado. Qué decir que si todo sale bien los méritos son bien recibidos y tú quedas como segundo plano.

Y no es quejándome, porque voy a seguir haciéndolo, ya que soy incapaz de mirar hacia otro lado si hay un trabajo por hacer, no puedo dejar de intentar siempre que las cosas salgan bien.

Hay quien pensará que es más fruto de querer controlar todo, y no niego que mi personalidad es de que no haya un cabo suelto, pero en este caso me remito más a eso que me inculcaron, de que uno solo puede llegar, pero muchos lo hacen con éxito. Si repartes el trabajo, repartes también ese éxito y la satisfacción es plena.

Esas personas que solo hablan y no actúan no entienden que primero hay que demostrar y después dirigir, aquellos que dicen “esa no es mi responsabilidad” no comprenden que están perdiendo una maravillosa oportunidad de aprender y ayudar.

Y, claro, siempre aparecen aquellos que creen que nadie hace las cosas mejor que ellos, y estos son los que no tienen empatía y mucho menos están dispuestos a escuchar.

Yo seguiré fiel a lo que soy y diré presente, siempre. Mirar para otro lado nunca es una opción. Actuar y lograrlo, sí.



TEMAS