Inspirados por la afamada frase del soliloquio o monólogo del personaje Hamlet, de la obra de William Shakespeare, podemos reflexionar sobre la pertinencia o no del retorno a clases presenciales y, como añadido, la utilización de las tecnologías de la información y comunicación como herramientas que hacen posible la llamada educación a distancia vía internet o educación en línea.
Lo primero es lo primero. Estamos en medio de un debate sobre la pertinencia o no de impartir clases presenciales en todos los niveles educativos e instituciones académicas. Con un nuevo rebrote y consecuente aumento de casos positivos por Covid-19, algunas organizaciones han optado por volver a docencia virtual por unas semanas, meses o de manera permanente, hasta nuevo aviso.
En ese sentido, parece extraño observar que, las oficinas administrativas siguen abiertas, el transporte público sigue su normal funcionamiento, los hoteles continúan recibiendo turistas y los bares, restaurantes y lugares de diversión están llenos de personas, incluyendo jóvenes que no pueden ir a clases presenciales, pero si pueden ir al gimnasio, al club o al llamado “teteo”.
Esto no contradice el mandato de la prudencia, que obliga a tomar medidas que permitan proteger la salud de nuestros estudiantes, maestros y administrativos.
Solo les invito a que reflexionemos, aprendamos y apliquemos cambios que permitan garantizar un servicio educativo de calidad.
Y, hablando de calidad, algunas figuras de influencia y prestigio han hecho referencia a la calidad de la educación virtual impartida en los años de pandemia.
Es por eso, pienso, que surgen preguntas reflexivas que nos hacen pensar sobre el particular.
¿Hemos evaluado los aprendizajes de dicho periodo en forma comparativa? ¿aplicamos metodologías de aseguramiento de la calidad en dicha educación a distancia o virtual? ¿existen planes de mejora para subsanar los posibles fallos o errores cometidos?
En definitiva, con presencia o no en las aulas la educación debe ser impartida con calidad, mejorada cuando sea necesaria, y haciendo uso efectivo y eficiente de las tecnologías digitales y de esa manera garantizar los aprendizajes. Si queremos, podemos.