¿Prepararse para lo peor?

¿Prepararse para lo peor?

¿Prepararse para lo peor?

Roberto Marcallé Abreu

Es probable que usted no haya oído hablar de un individuo llamado Ángel Joel Féliz. Asimismo, ¿le parece familiar el nombre de Gabino José Ubiera, nativo de El Seybo, de 30 años de edad? ¿Qué relaciona a estos dos personajes?
Ernesto Mendoza nos entrega este perfil y sus vivencias sobre la madre de Ángel Joel, Elicenia Féliz Miller, de 53 años.

“Una mujer muy emprendedora”, dice, “muy preocupada por sus hijos”. Su rostro se ensombrece cuando la recuerda y añade que “aun se siente muy nervioso”.

Sus palabras son estremecedoras: “Fui a verla. No lo podía creer… encontrarla así, muerta, en medio de tanta sangre”…

Ángel Joel Féliz, sargento policial, asesinó a balazos a su madre en plena calle.

Gabino José Ubiera, a su vez, fue detenido tras matar a golpes en la cabeza a su progenitora María Ubiera.
El horror, un horror que desconcierta, se nos restriega a cada momento en el rostro. Los fluidos de la degradación y la descomposición fluyen por todas las partes del cuerpo social.

“Vivimos en un estado de salvajismo”, nos dice monseñor Jesús Castro Marte.
“Un salvajismo incluso en un contexto de gente supuestamente preparada. Y esto ocurre no solo en las instancias más empobrecidas de la sociedad, sino también en la clase media y la clase alta”.

Esta sociedad, la nuestra, se está orientando a una situación impredecible. ¿O es allí donde ya nos encontramos? Pedro Padilla Tonos, excanciller de la República, nos advirtió hace poco que “abrigamos el temor de que lo peor aun no ha llegado” y que “vamos en camino de afrontar nuevas y mayores dificultades”.

Este temor se asienta sobre hechos concretos: Asesinatos y suicidios por doquier, creciente desorganización social, miles de muertos y lisiados en accidentes de tránsito, cientos de miles de extranjeros ilegales que sustraen los empleos y los servicios públicos a los dominicanos, extendida corrupción, aplicación de programas antinacionales que incentivan el desconocimiento de nuestros valores tradicionales, nuestra cultura y nuestra historia con el complaciente respaldo oficial…

La desesperanza reina por doquier. Al referirse a los salarios de los trabajadores el periódico EL DÍA afirma que “se trata de un ingreso con el que cada día se adquieren cada vez menos artículos de la canasta familiar básica”. Más malo aun, añade, “cuando le llegue el tiempo de su retiro laboral el trabajador estará condenado a recibir una pensión miserable”.

El decano de Salud de la Universidad Central del Este hizo estos señalamientos sobre el sistema de salud vigente en el país: el presupuesto es pírrico (2 por ciento), persiste la alta mortalidad materna e infantil, no se implementa la atención primaria.

El desorden ha tomado por asalto la casi totalidad de las instancias sociales. En Santiago dos reos fueron intencionadamente envenenados con sustancias tóxicas mezcladas con la comida. Los maestros demandan que el 4 por ciento sea de verdad dedicado a la educación.

Leonel Castellanos Duarte, presidente de los empresarios de Herrera, explica que las medidas del Banco Central “no impactan en la desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía”.

El diario “Hoy” destaca que en los últimos 14 años, ¡24,537 personas han encontrado la muerte en calles y carreteras a consecuencia de los accidentes de tránsito!

Los hechos nos ofrecen una idea de dónde nos encontramos situados y una perspectiva de hacia dónde nos dirigimos. ¿Acaso lo lógico sea prepararse para lo peor?



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