Son preocupantes aunque poco convincentes los saltos de maroma, morisquetas y musarañas de la oposición a medida que se acerca el domingo próximo, la hora de la verdad electoral municipal.
El PLD, el PRD y la FUPU alegan que la Procuraduría y la JCE deben investigar una espuria denuncia infundada de que desde el Gobierno se planifica un sabotaje de las votaciones.
Sería la primera vez que quienes se perfilan como ganadores mucho a poco atenten contra sí mismos, pues todo indica que al PRM le irá muy bien en las elecciones.
Lo peor es que la denuncia, como las patadas de alguien que se ahoga, contribuyen a desacreditar a los delegados de los partidos, pues luce que aprovechan falsedades de connotados negociantes políticos que respiran por la herida tras fracasar varios negocios turbios con entidades oficiales.
“Alegada implicación”, “presuntos vínculos” y otras vaguedades me recuerdan los alegatos y argucias invocadas por los fupuistas cuando perdieron las primarias del PLD.
Hay que esperar similar lloradera, invocaciones algorítmicas y otras simulaciones, porque estamos en campaña y hay cuartos que procurar… ¡Qué paisajote!