SREBRENICA, Bosnia-Herzegovina.— El primer ministro serbio fue golpeado el sábado en la cara con una piedra lanzada por la multitud durante las ceremonias del vigésimo aniversario de la masacre del enclave musulmán de Srebrenica —la peor masacre en Europa desde el Holocausto— y sus gafas se rompieron, informó la vocera del funcionario. Finalmente obligado a abandonar la ceremonia.
Decenas de miles de personas llegaron a Srebrenica en autobuses, coches, motos o a pie para conmemorar el aniversario y asistir a los funerales de 136 víctimas encontradas recientemente.
Cuando Aleksandar Vucic entró al cementerio a colocar una ofrenda floral, fue recibido por un coro de abucheos y silbidos.
La vocera de Vucic, Suzana Vasiljevic, dijo a The Associated Press que el funcionario fue golpeado en la cara con una piedra y sus gafas se rompieron. Vasiljevic dijo que estaba detrás de Vucic cuando las «masas rompieron las vallas y se volvieron contra nosotros».
Un grupo de mujeres que desde años exigen a Serbia un reconocimiento de su papel en la matanza gritaron «¡responsabilidad!» y «¡genocidio!»
Le arrojaron un zapato, botellas de agua y otros objetos, hasta que finalmente tuvo que abandonar la ceremonia. Algunos llevaban pancartas con una frase de Vucic durante la guerra: «Por cada serbio muerto mataremos a 100 bosnios».
Decenas de mandatarios extranjeros — entre ellos el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, la princesa Ana de Inglaterra y la reina Noor de Jordania — llegaron a la ciudad para una ceremonia de recuerdo a los 8.000 hombres y niños musulmanes que murieron en Srebrenica, en el este de Bosnia, a manos de tropas serbiobosnias. El crimen fue calificado posteriormente de genocidio por dos tribunales internacionales.
Al final del acto, las familias podrán enterrar los restos de las 136 nuevas víctimas en un cementerio junto a las tumbas de las más de 6.000 halladas previamente en fosas comunes.
Durante la guerra de 1992 a 1995, Naciones Unidas declaró a Srebrenica un refugio seguro para civiles. Pero el 11 de julio de 1995, tropas serbias invadieron el enclave musulmán. Unos 15.000 hombres intentaron huir por el bosque hacia territorios controlados por el gobierno, mientras que otros acompañaron a mujeres y niños de la ciudad en busca de refugio en la base de las tropas holandesas de la ONU.
Los soldados holandeses, superados en número, sólo pudieron observar como soldados serbios reunieron a unos 2.000 hombres para matarlos, y más tarde persiguieron y asesinaron a otros 6.000 hombres más en el bosque.
Serbia y los serbobosnios niegan que los asesinatos fuesen un «genocidio», pero el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, viajó a la localidad para representar a su país en los actos. Aunque fue abucheado a su llegado, las viudas y madres de Srebrenica agradecieron su presencia.
«Sólo con la verdad podemos construir un futuro. No se puede negar la verdad», dijo Kada Hotic, que perdió a un hijo y su marido en la masacre, a Vucic .
«Todos los miembros de mi familia están aquí, bajo estas lápidas. Esto no se puede negar. Para nuestro futuro, necesitamos buenas relaciones», añadió.
Por el momento se han recuperado los restos de unas 7.000 víctimas. Fueron hallados bien en 93 tumbas o en 314 localizaciones de superficie y se identificaron por su ADN. Ninguno de los 136 cuerpos que recibirán sepultura el sábado está completo.