Existen diversas prácticas sexuales, algunas muy antiguas que nunca pasan de moda, otras mas más modernas que se ponen de moda y las prefieren muchas personas.

Todas enriquecen la vida sexual de la pareja, mas es importante estar de acuerdo para activarlas. Es imprescindible tener presente que cada persona vive su sexualidad y su intimidad sexual de diferente manera, varían los gustos y preferencias.

Para tener una actividad sexual satisfactoria la pareja debe estar de acuerdo en los tipos de práctica sexual que deciden experimentar.

La negación total a ciertas prácticas no es beneficiosa, lo indicado es conversar acerca del tema, exponiendo cada uno su necesidad y deseo, permitiéndole al otro defender su posición y exponer su criterio hasta lograr que ambos queden satisfechos del resultado de la conversación, pues en la intimidad sexual todo es válido siempre que se respete el derecho ajeno.

Algunas personas participan de actividades y prácticas sexuales que no les agrada o que sienten que son degradados al tenerlas, solo para complacer a sus parejas.

La persona que demanda la actividad tiene que ser delicada en cuanto a este tema, porque posteriormente esta situación puede provocar una disfunción sexual.

En estos casos se va minando la autoestima de la persona y pueden afectarse tanto la relación de pareja como las relaciones interpersonales, mermando su calidad de vida.

No nos dejemos contaminar por el internet, el cine o la televisión. Nuestro criterio sexual debe primar.