Para el martes está previsto que más de dos millones de estudiantes de las escuelas públicas retornen a las aulas, después de transcurridas las celebraciones de Navidad y de Año Nuevo.
Durante el periodo de vacaciones por las festividades se ha desatado la quinta ola del Covid-19 con una mayor cantidad de contagiados, como el caso de este miércoles con 5,201 infectados por el virus, siendo el mayor registro y un récord en cuanto a la positividad desde el inicio de la pandemia.
La situación se torna de alta peligrosidad y necesariamente el Gobierno está obligado a analizar bien el descontrol en cuanto a los casos de contagiados, máxime cuando está proyectado que el próximo martes se inicie la impartición de las clases en las escuelas públicas y en los colegios privados.
Hay disparidad de opiniones en cuanto a la conveniencia y factibilidad de que los estudiantes vuelvan a las aulas cuando existe la amenaza de un persistente contagio y, además, cuando el Gobierno no se ha decidido formalmente a inocular a los menores en edades de cinco a doce años.
La Asociación Dominicana de Profesores ha elevado su voz de alerta ante lo que pudiera ocurrir en caso de que el Ministerio de Educación mantenga la reapertura de la docencia a partir del martes, en lo que está de acuerdo la Asociación Nacional de Colegios Privados, lo que contrasta también con opiniones de especialistas que son partidarios de que se postergue el reinicio de la docencia hasta tanto exista un efectivo control de esta quinta ola de la pandemia.
“Reabrir las aulas este próximo martes 11 de enero es un error de las autoridades educativas”, advierte el presidente del gremio, Eduardo Hidalgo.
Ante las preocupaciones de diferentes sectores, los ministerios de Salud Pública y Educación notificaron ayer que evalúan la positividad y la evolución del virus para adoptar la decisión que garantice la salud.
Pero, dentro del contexto de la incertidumbre que prevalece en el país, lo más atinado y prudente sería que ser postergue el retorno a las aulas para preservar la integridad de los alumnos y de sus familiares. Puerto Rico, por ejemplo, ha aplazado la reapertura por dos semanas, y lo mismo podría aplicarse para evitar que los menores de edad, el personal docente y administrativo puedan verse en línea de peligro ante la ola de contagios.