Un mensaje bíblico en el taller de Daniel que dice “prepárate, porque el Señor no dará por inocente al culpable”. Además de ebanista, en el taller vendía miel de abeja y polen, como lo indica otro letrero frente al negocio. josé de león
VILLA PEREYRA, LA ROMANA.-Daniel, como se conocía a Román Guerrero, el ebanista que mató a cuatro hombres en La Romana, tuvo un día normal en el que no había dado señales de malhumor, agresión o de que estaba pasando por un mal momento, sino que se mantuvo como de costumbre, como la persona tranquila que los vecinos veían cada día.
Sin embargo, parece que este se escondía muy bien dentro de sí mismo para ocultar la ira y los problemas que le estaban afectando.
Fue así como en horas de la tarde Daniel salió con una escopeta calibre 12 y le disparó a uno de varios jóvenes que todos los días se sentaban frente a su taller a hacer ‘coro’, con los que frecuentemente discutía porque dejaban desechos en el lugar, según narró a EL DÍA uno de esos jóvenes que hoy está vivo para contarlo.
Esa primera víctima fue Aneury Caraballo, un joven de 28 años que fue criado por su abuela Catalina, porque no tenía papá ni mamá, y ahí vivió hasta el día de su muerte, en una casita que le dejó su papá.
“Él no era fácil, pero murió sin estar peleando, porque ese día él no se lo buscó porque estaba parao y no pensó que lo iba a matar porque ellos toditos relajaban ahí”, así se refiere Elena a su sobrino Aneury, quien a pesar de ser “medio calentón”, no cometía delitos en su entorno, y tampoco le robó al ebanista Román Guerrero Tavárez, -Daniel-, ni él ni ninguno de los otros que asesinó.
Cuando mató a Aneury, el joven Gamalier Mota, de 27 años, acudió donde Daniel para hacer la función de mediador y consejero que siempre hacía cuando veía a personas discutiendo o peleando, de acuerdo a su padre Gadier, y le dijo “ay manito qué hiciste”, ya que tenía muy buena relación con el agresor, con quien conversaba frecuentemente y debatían algunos temas.
Al llegar al lugar y preguntarle qué había hecho, el joven recibió un disparo sin mediar palabras. Pero previamente, su hermano Elieser le había dicho que no saliera de la casa porque Daniel había matado a Aneury y estaba fuera de sí, pero al pasar un rato, se percató de que su hermano había salido y también decide ir a buscarlo, pero ya era tarde porque estaba muerto.
Elieser, no salió ileso, a él también Daniel le disparó y le rompió cuatro costillas, por lo que hoy se debate entre la vida y la muerte, mientras su familia llora a su hermano, quien no era un delincuente sino un muchacho del que todos en el barrio dan buena referencia por la crianza que recibió de sus padres, que tienen una formación judía. Se dedicaba a su negocio de alquiler y reparación de lavadoras.
El otro fallecido es Joel de Mota, a quien Daniel le disparó por la espalda cuando estaba comprando en un colmado.
No estaba para morir
El supuesto causante de la ira de Daniel, un recogedor de basuras que le ensuciaba el frente del taller, se le salvó a la muerte porque salió a buscarlo y al encontrarlo intentó dispararle y la escopeta se le trancó y no disparó. Así pudo salvar su vida milagrosamente, o porque no era su día.
Fue horrible
“Fue una noche horrible ametrallando todos esos policías tratando de ver qué podían hacer y lo que salían heridos, hasta que llegaron los expertos, y hasta aquí (en un colmado) nos pidieron cosas para hacer bombas caseras lacrimógena. Abrimos el colmado pero él estaba preparado porque ‘bregaba’ con abejas y tenía su careta, ahí podían tirar todas las bombas y no lo iban a sacar”, contó Elena Caraballo.
No le robaron
Algunos vecinos coinciden en que nadie le robó a Daniel en su taller, aunque otros afirman lo contrario, aun cuando no existen denuncias al respecto.
Donde supuestamente le habían robado fue en apiario el cual tenía lejos dse la ebanistería.
Es de ese lugar al que Daniel se refiere en un vídeo que circula en las redes, que se desconoce cuándo lo hizo.
Huérfano de feminicidio
Vecinos creen que el hombre tranquilo y trabajador guardaba un trauma desde que era niño, cuando en su presencia, su padre, que era militar, le quitó la vida a su mamá de varias puñaladas y luego se quitó la vida con su arma de reglamento.
Una hermana del ebanista estaba preocupada porque Daniel tenía dos semanas sin tomarse sus medicamentos, por lo que le consideraba actuando como nervioso y ella no encontraba la forma de hacer que se la tomara.
Daniel tenía el respeto de todos
Cercanos. Sobre el supuesto caso de robo y denuncias ante la Policía, las opiniones están divididas en dos, una parte de los vecinos acusan a las autoridades de no poner atención al ebanista cuando habría acudido a querellarse porque le habían robado. Otros enfatizan que nunca hubo robo de bienes en el taller, como ha circulado.
En lo que están de acuerdo es en que Daniel era un hombre al que todos en el sector respetaban, al igual que él a todos.