El de Qatar 2022 se despliega como un Mundial de grandes porteros por el protagonismo que con grandes atajadas exponen numerosos defensores del marco, quienes están llamando la atención tanto como los dioses del juego, los goleadores.

Cuando faltan la semifinal del miércoles (Francia-Marruecos) y la gran final el domingo con Argentina esperando rival, el espectáculo montado por varios arqueros atrae con más ímpetu el foco de espectadores y especialistas que en otros mundiales.

La vista del mundo futbolero en ellos tanto como en los portentos de la magia goleadora de los franceses Mbappé (5) y Goroud (4), el argentino Messi (5) y del enorme Luka Modric con su conducción de una Croacia que alcanzó la semifinal.

Todo seguidor del Mundial tiene el ojo en el sorprendente Marruecos, gracias al fenomenal ‘Bono’ (Yassine Bounou), quien aparte de los penaltis atajados en octavos a España, su aguerrida actuación ha sido la clave del primer país africano en alcanzar una semifinal. Bono ha encajado un solo gol (en contra).

Si Croacia llegó a estas instancias es tanto por Modric y su portero Livakovic, quien atajó tres penales a Japón en octavos y en cuarto bloqueó cuatro chances mano a mano con Brasil, al que intimidó.

Quienes han visto los partidos de Francia, observaron lo espectacular que ha sido Hugo Lloris, su capitán que alzó la copa de campeón en Rusia 2018 y que en Qatar busca repetir, a sus 35 luce igual o mejor que hace cuatro años.

A pesar de un gran Messi, ¿habría alcanzado Argentina la semifinal sin Dibu Martínez? Bastaría con haber visto la tanda de penales ante Países Bajos para obtener la respuesta: no.

Cancerberos de otras selecciones tuvieron grandes actuaciones como Alisson Becker de Brasil, Thibaut Courtois con Bélgica, Andries Noppert con Países Bajos.

Muchos de ellos hicieron recordar actuaciones cumbres del pasado como el belga Jean-Marie Pfaff en México ’86; Fabien Barthez, con el Francia campeón mundial de 1998; Gianluigi Buffon, que alzó la copa con Italia en 2006; y los alemanes Oliver Kahn hasta 2004 y Manuel Neuer en lo adelante.

Genial Messi. El esperado duelo Messi-Modric en la primera semifinal del Mundial de Qatar no fue tal. Solo hubo un gladiador. El que desplegó esfuerzo y genio. Se le vio a Lionel entregado con entereza, pescando balones en todo terreno, buscando el pase, la pared, asociado sin comprometer la cesión del balón. Su actitud de entrega comenzó a inclinar la balanza y su aptitud la decantó. Parado frente al balón en el manchón penal, tenía en su cerebro y en la bota zurda el punto de inflexión del partido. Si fallaba frente al regio arquero Livakovic, sería el derrumbe emocional argentino y los de Modric se hacían gigantes. No corrió riesgo y pateó fuerte, donde nadie lo ataja. En Julián Álvarez consiguió lo que no con Higuaín, Agüero, Di María y demás en anteriores citas. El primer gol de Álvarez fue a lo Messi-Maradona. Será recordado. El segundo fue una obra del genio de Messi: Julián solo estuvo en lugar y momento adecuados para empujarla. Messi tendrá la oportunidad el domingo de despedirse de los Mundiales en paz con los argentinos levantando la Copa. Entonces solo avivará la polémica de cuál fue mejor entre él y Diego Armando Maradona. Nosotros no tenemos duda: Messi.