Por una sociedad y un Estado responsables

Por una sociedad y un Estado responsables

Por una sociedad y un Estado responsables

Celedonio Jiménez

Muchas personas de nuestra sociedad tienen una conducta irresponsable hasta consigo mismo. Por ejemplo, son muchos los que debiendo y pudiendo asistir a una consulta de salud recomendada no lo hacen. En relación a la conducción vehicular es bárbara la situación y archiconocidas las consecuencias. Igual manifestación de irresponsabilidad que fustiga la “masculinidad” dominicana, es el hecho señalado por estudios como la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA 2013) respecto a que el 40% de los hogares de la República Dominicana tiene como jefa a una mujer. Y no porque la mujer ingrese más dinero al hogar, sino porque la pareja hombre ha abandonado la casa, la mujer y los hijos.

Otro aspecto del largo rosario en que se expresa la irresponsabilidad en nuestra sociedad es en torno a la impuntualidad o la no llegada a tiempo a los compromisos establecidos.

Frente a estos comportamientos, y otros de tipo similar, es indispensable una transformación en la práctica ciudadana, y digo en la práctica porque es el plano real para determinar los valores sustentados dentro de una cultura y sociedad.

Pero la irresponsabilidad de nuestro Estado es la mayor y la de peores consecuencias. Nuestro Estado ha sido designado con múltiples calificativos adversos: “fallido”, “autoritario”, “clientelar”, “corrupto”, “patrimonialista”, “abultado”, y bien podría agregarse “irresponsable”. No de otra manera puede calificarse a quien ha permitido, propiciado y participado de la repartición del erario público, evidenciada en una infinidad de casos conocidos y que se siguen dando (como es la recién denunciada autoasignación de prestaciones millonarias por parte de los extitulares de la Junta Central Electoral,JCE).

Igualmente es irresponsable el Estado que no protege adecuadamente a las familias pobres y a la niñez aunque la Constitución lo compele a ello. Irresponsable es quien sostiene programas de “solidaridad” con los pobres que no le ofrecen herramientas para avanzar en un proceso sostenido y autónomo, que no los haga dependientes, que no castre sus iniciativas, que no los haga retornar a la miseria cuando disminuyen o desaparecen las ayudas.

rresponsable es el Estado de un país en que para 2009-2010 unos 304 mil menores realizaban actividades clasificadas como trabajo infantil (“Dinámica del Trabajo Infantil en República Dominicana”, de Oscar Amargós (2009-2010). Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples). Irresponsable es, en fin, un Estado en que a estas alturas 4 mil de sus funcionarios no han hecho declaración jurada de bienes y no pasa nada.
Un Estado así tiene que ser cambiado y reinventado, pero acerca de esa reinvención, escribiremos en el siguiente artículo.



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