Muchas personas recuerdan la confianza que generó en la población dominicana la Junta Central Electoral que presidió el Dr. César Estrella Sadhalá, a mediados de la década del 90.
Personas así y ese tipo de confianza es que necesita la sociedad en este momento crucial.
Por supuesto, hay suficientes dominicanos/as con trayectorias parecidas a las del Dr. Estrella Sadhalá (Q.E.P.D)
En primer lugar, hemos visto durante muchos y difíciles años a juezas como Miriam Germán impartiendo justicia sin temor a presiones. Y en años recientes a colegas suyas como Katia Miguelina Jiménez y Esther Agelán Casasnova, entre otras, en actitud similar.
También a distinguidos profesores universitarios, sin militancia partidista conocida en los últimos 20 a 30 años, aportando ideas para solucionar graves problemas políticos, entre ellos Rafael Toribio y Luis Gómez Pérez; además, de dirigentes empresariales y gremiales (Marisol Vicens y otras/os).
Y así pueden encontrarse decenas de otros dominicanos/as con reconocida competencia, ética profesional y sin compromisos partidarios, entre quienes pueden seleccionarse integrantes de la JCE, el TSE, Cámara de Cuentas, SCJ y el Tribunal Constitucional que resulten confiables para la gran mayoría de ciudadanos/as.
Hace tiempo que los principales dirigentes de partidos de oposición, del empresariado y organizaciones de la sociedad civil debieron proponer nombres como estos a la consideración de la opinión pública, en vez de perder el tiempo en reuniones interminables; mientras el partido oficial maniobra para imponer a su gente en esos cargos tan delicados y en un momento tan volátil.
Esa pérdida de tiempo no se recupera ahora con una retirada poco inteligente del diálogo con el Gobierno. Lo que hace falta es plantear una solución clara y viable, con nombres incluidos, que inspiren confianza en la población y que obliguen al partido oficial a considerarlos seriamente.