República Dominicana requiere por necesidad, de un moderno estadio de béisbol, dado que ya el Quisqueya hace mucho tiempo que cumplió su cometido.
Hay que recordar que hace casi dos décadas se anunció que se tomaría un préstamo a un banco de Portugal, pero lamentablemente, nunca llegó a cuajar.
El objetivo del mismo era construir una “Ciudad Deportiva”, proyecto que estaría a cargo de la compañía de ingenieros Rodríguez Sandoval, pero todo quedó en el aire, como ha sucedido con tantos otros.
Ahora que se han puesto de moda los llamados fideicomisos, sería interesante que mediante ese método, se eche adelante un proyecto de esa naturaleza, porque la realidad monda y lironda, es que el país requiere de una instalación de béisbol acorde con los tiempos.
Y es que el estadio Quisqueya Juan Marichal ya no soporta más remiendos de los cientos que se le han realizado.
El béisbol, no es un secreto, deja al país beneficios anuales de millones de dólares, por lo que esa obra constituiría una gran inversión.
Sugiero que en su construcción participen como inversionistas, los propietarios de equipos profesionales de invierno, los que desde hace décadas le han sacado considerables beneficios económicos a las viejas estructuras existentes.
No hay duda, que el moderno estadio de Caracas, Venezuela, levantado para ser sede de la recién finalizada Serie del Caribe, ha sido un factor que ha llamado la atención para que peloteros criollos, exijan la construcción de un vanguardista parque de pelota en el país.
Quiera Dios que este reclamo no quede en el aire, y como se viene haciendo con proyectos de Turismo, los de béisbol también sean prioridad.