Si los dirigentes deportivos materializaran todas las ideas que manifestaron ayer durante la celebración del Día del Deporte, esa nave estaría navegando en estadios diametralmente diferentes a los actuales.
Se quiera admitir o no, el deporte sufre desde hace décadas, de una parálisis en aspectos fundamentales, sin embargo, los dirigentes no lo reconocen, conscientes de que son los máximos responsables de todas las falencias que exhibe.
El Día del Deporte debió constituirse en un foro de discusión constructiva en busca de dar solución a la mayor brevedad a los problemas más acuciantes que entorpecen su desarrollo.
Sin embargo, a un análisis de ese nivel se le huye como “el diablo a la cruz”, por una causa elemental: los dirigentes en una gran proporción son los máximos responsables de que el deporte se mantenga amodorrado y soñoliento.
Mientras el tiempo pasa, todo continuará idéntico, sin mover un dedo para lograr las transformaciones que se requieren.
Todo esto lleva a la conclusión de que con esa actitud, ese grupo busca mantenerse en la cima , sin producir ni abogar por cambios de ningún tipo, porque entienden que esa posición favorece su continuidad.
Ojalá que muy pronto podamos observar una nueva generación que entienda que hay que dar un giro de 180 grados, no importa quien caiga en la batalla por un cambio radical.
RADARES. A partir de la próxima semana estaré disfrutando de unas “merecidas” vacaciones, porque “estamos en noviembre y el cuerpo lo sabe”…
Los pilotos de Fórmula Uno echan chispas, tras las multas por lanzar improperios y otras bellezas” antes, durante y después de las carreras… Los jugadores y dirigentes de la NBA, que se oponían a Trump, están malhumorados tras la victoria sobre Kamala Harris.