Entre los trastornos más comunes por los que las personas buscan asistencia médica se encuentran la depresión, la ansiedad y el insomnio
Santo Domingo.– El temor a ser catalogados como «locos» o «débiles» aleja a muchas personas de buscar atención en salud mental.
El estigma social es un problema que debe abordarse con sensibilidad, tanto en el entorno familiar como en el laboral, ya que muchas personas evitan pedir ayuda por miedo a las críticas, explicó el psiquiatra Samuel Mercedes.
El experto en conducta humana destacó que, aunque la sociedad ha avanzado en el reconocimiento de la importancia de la salud mental, aún persisten barreras, creencias y costumbres que limitan el acceso adecuado al tratamiento.
“Los trastornos mentales se han asociado con una debilidad personal. Si alguien sufre de depresión, se tiende a pensar que es una persona con falta de carácter o mala crianza, cuando está demostrado que la depresión puede ser provocada por factores biológicos, sociales y psicológicos”, aclaró Mercedes en una entrevista para El Día.
«Una persona con trastornos de salud mental no es débil», enfatizó el psiquiatra.
En muchas culturas, especialmente en aquellas donde se valora la fortaleza emocional, admitir que se padece una condición mental es percibido como un fracaso personal. Esta percepción negativa genera un ambiente en el que las personas prefieren ocultar sus síntomas o lidiar con ellos en silencio, lo que puede empeorar su situación.
El psiquiatra Samuel Mercedes.
Además, en algunos casos, las creencias religiosas o espirituales pueden influir en la decisión de no buscar ayuda, ya que algunos interpretan los trastornos mentales como una falta de fe o un castigo divino.
Entre los trastornos más comunes por los que las personas buscan asistencia médica se encuentran la depresión, la ansiedad y el insomnio, siendo las mujeres quienes más acuden en busca de ayuda.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como «un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, trabaja de manera productiva y fructífera, y aporta algo a su comunidad».
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La ansiedad, por ejemplo, es una respuesta natural del cuerpo ante el estrés o la incertidumbre, pero cuando se vuelve excesiva o constante, puede convertirse en un trastorno que afecta significativamente la calidad de vida.
Salud mental debe ser prioridad
La salud mental debe ser una prioridad para el Estado, ya que sin salud mental no puede haber salud física. Es sabido que existe una falta de acceso oportuno debido a la escasez de camas, centros de atención primaria y especializados, además de la necesidad de un mayor presupuesto para que quienes buscan ayuda reciban una atención inmediata y de calidad.
Es crucial intervenir en las comunidades, orientarlas sobre cómo actuar ante síntomas de salud mental y capacitar al personal en estas áreas.
