SANTO DOMINGO.-Uno por su estridente sonido, que afecta la tranquilidad de cualquier ser vivo, y el otro por sus llamativos colores y figura “estrambótica”, llaman la atención a cualquiera que intente serle indiferente.
Se trata de los grillos y los saltamontes dominicanos, dos insectos de los que existen miles de especies en el mundo, y que al margen de los daños que generan a plantaciones, especialmente agrícolas, también juegan un rol en los ecosistemas, ya que sirven de control biológico dentro de la cadena alimenticia o trófica.
Estos consumen especies vegetales, mientras que ellos sirven de alimentos a los lagartos, serpientes y variedad de aves.
Grillos
La diferencia entre los grillos y saltamontes dominicanos, de acuerdo con el biólogo Brígido Hierro, técnico de la Dirección de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, es que los primeros son mayormente nocturnos y se caracterizan por producir ruidos audibles, usualmente frotando los fémures contra las alas o el abdomen o con el golpeteo de las alas en el vuelo.
Los grillos, juntos con las “esperanzas”, se caracterizan por pertenecer al suborden ensífera, que equivale a tener ambos antenas muy largas, generalmente más largas que su cuerpo”, precisó Hierro.
Los saltamontes
Los saltamontes se alimentan de vegetales, especialmente de hojas, y muchas especies son conocidas por la amplia afectación que ocasionan a los cultivos, pudiendo generar pérdidas millonarias en dólares al año en los países donde tienen alta incidencia.
Estos presentan fémur de las patas traseras muy desarrollados en longitud y potencia, lo que les facilita ejecutar saltos impresionantes, logrando muchos de ellos superar hasta cientos de veces la longitud de su cuerpo.
Se distinguen por su belleza y colorido, también históricamente se conocen por la denominada plaga de la langosta de los tiempos bíblicos, y que muchas personas creen de forma errada que se trataba de las langostas pertenecientes a los crustáceos, pero la realidad es que se trata de saltamontes.
En el país, cuenta Hierro, sobre la base de investigaciones de Pérez-Gelabert en Zootaxa (2020), se reportan 48 especies actuales de saltamontes, de las cuales 36 son endémicos, representando el 75 por ciento, lo cual significa un alto endemismo de este grupo para el territorio.
Dichos animalitos están despiertos y activos durante el día y se identifican por tener antenas cortas generalmente 1/3 de su cuerpo.
Uno de los saltamontes dominicanos (Duartettix Montanus) está dedicado al patricio Juan Pablo Duarte porque habita cerca del Pico Duarte.
En la Sierra de Neiba existen saltamontes por encima de los 2,000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Esperanzas
Otros saltamontes que llaman la atención por su luminoso color son los denominados longicornios, saltamontes hoja o esperanzas (Tettigoniidae) de la familia de ortópteros, de los existen más de 6,400 especies. En general son de colores crípticos, asemejan hojas. Varían en tamaño entre 5 y 130 milimetros.
— Presencia
Tanto los grillos como los saltamontes están distribuidos a nivel nacional en los diferentes ecosistemas, desde las costas hasta las altas montañas. Los grillos son nocturnos y comunes en lugares campestres y donde hay vegetación.