¿Por qué se apagó la luz?/ Nadie me contesta./ Hasta el doctor baja la vista, me cuentan./

¿Qué ha sido de mamá y papá?/ Ni para rendirme tengo fuerzas./ Mis hermanitos tampoco quieren estar conmigo,/ y no sé a dónde se los ha llevado el silencio./ ¿Qué cosa más dura no he visto?/ Ni siquiera los torrentes de sangre tierna/ entre montañas derramadas de escombros.//

Ahora araño el mundo en tinieblas./ Hay un vacío muy grande, sí, muy/ grande en un lado de mi cara./ Pero debe de haber más en el redil/ de las otras ovejas, y quién sabe/ si también dentro del lienzo/ que bajó con los brutos del cielo/ y en el descenso de aquel profeta,/ no en el vientre de la ballena.//

Y no sigo sino viendo en mi mente/ los mismos rollos de cuentos e historias/ entretejidos por cerebros omnipotentes./ Esos, sí que son letales, con toda la magia/ de sus cielos y sus tierras, aves de acero/ en el papel traspuestas que han bombardeado,/por siglos, millones y millones de conciencias.