Los expertos en Rusia venían describiendo a Yevgeny Prigozhin como un “muerto andante” desde que lideró una marcha rebelde sobre Moscú en junio.
Incluso, el director de la CIA Willam Burns hizo un comentario recientemente en referencia a la expectativa de vida del jefe mercenario: “Si yo fuera Prigozhin, no despediría a la persona que prueba mi comida”.
Si alguna vez se comprueba que la destrucción del avión en el que viajaba Yevgeny Prigozhin fue un acto de venganza a sangre fría de parte del Kremlin, pasará a la historia como la más increíble “operación militar especial”.
Muchos admiraban a Prigozhin, un exconvicto, chef y vendedor de perros calientes convertido en jefe de mercenarios, tanto en los rangos de su ejército mercenario Wagner como en otros lados.
Muchos, también, habrán visto la cálida bienvenida que le dio el público en Rostov-on-Don cuando llegó allí hace dos meses exactamente, en medio de su rebelión abortada de un día.
Pero también tenía muchos enemigos en Moscú, principalmente en los altos rangos de las fuerzas militares rusas a quienes criticaba de manera frecuente y pública.
Lo que ha podido terminar siendo su error fatal fue haberse enfrentado al Presidente Putin cuando lanzó esa marcha el 23 de junio.
Aunque no mencionó a Putin con nombre propio en ese momento, Prigozhin enfureció al Kremlin por criticar de manera muy abierta las razones que se dieron para la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Le dijo a los rusos que habían sido engañados y que sus hijos estaban muriendo en la guerra de Ucrania debido a un mal liderazgo.
Esto era herejía y el mensaje de video de Putin de ese día fue totalmente virulento. Llamó a la marcha de Prigozhin hacia Moscú una traición y una puñalada en la espalda.
«Despiadado»
Vladimir Putin no perdona a los traidores ni a aquellos que se le enfrenten.
El ex agente de inteligencia ruso que abandono su país Alexander Litvinenko tuvo una muerte lenta y agónica en un hospital de Londres en 2006 después de ser envenenado con el material radiactivo polonio-210.
Una investigación posterior concluyó que sus asesinos habían traído la sustancia letal desde Rusia y que solo pudo haber venido de un laboratorio del gobierno ruso. Moscú negó su participación pero rechazó entregar a los dos sospechosos para llevarlos a juicio.
Después estaba Sergei Skripal, un ex agente del servicio soviético de inteligencia KGB que se entregó a Reino Unido.
En 2018, él y su hija rozaron la muerte luego de que agentes de inteligencia militar rusa hubieran contaminado la manija de la puerta de la casa de Skripal con el agente nervioso Novichock.
Dawn Sturgges, una residente local de Wiltshire después se encontró con una botella desechada de perfume que contenía el agente contaminante y falleció al aplicárselo en las muñecas.
Dentro de Rusia, hay una larga lista de personas, tanto críticos como empresarios, que han encontrado la muerte repentina -en algunos casos “cayéndose de ventanas en pisos altos”.
El opositor más vocal de Putin, Alexei Navalny, ahora languidece en una colonia penal, enfrentando lo que se dice son cargos de fraude que fueron motivados políticamente.
También sobrevivió un intento de asesinato con el agente nervioso Novichock después de casi fallecer en un vuelo sobre Siberia en 2020.
Un caso excepcional
Prigozhin por su lado, era un caso totalmente distinto, algo que hace que su muerte sea más controversial entre los rusos. Este era un hombre extremadamente útil para el Kremlin y en el país es visto como un héroe nacional por algunos.
Su grupo de mercenarios Wagner, fundado en 2014, se creo a partir de un grupo base de ex agentes de las fuerzas especiales rusas Speznaz y de otros soldados.
Había estado altamente activo en Ucrania oriental, repeliendo al ejército ucraniano de la ciudad de Bajhmut, mientras se ganaba una terrorífica reputación que el decrépito y mal dirigido ejército ruso nunca obtuvo.
Las filas del grupo se llenaban cuando Prigozhin mismo visitaba colonias penales rusas para reclutar a miles de convictos, incluyendo violadores y asesinos. Éstos eran usados como carne de cañón en Ucrania occidental.
Wagner también había estado operando en Siria ya hace años, pero ha sido en África donde alcanzaron victorias estratégicas para el Kremlin.
Han desarrollado un modelo de negocio brutalmente efectivo que pareciera ser popular con regímenes poco democráticos.
Ofreciendo un rango de “servicios de seguridad”, desde protección para gente con estatus VIP hasta influenciar elecciones, silenciar críticos, han recibido a cambio derechos mineros y acceso a oro y otros materiales preciosos en varios países africanos.
El dinero fluye hacia Moscú y todos se enriquecen, con excepción de las poblaciones de esos países.
A las tropas Wagner se les ha acusado de numerosos abusos a los derechos humanos, incluyendo la masacre de civiles en Mali y la República Centroafricana.
Aún así, han logrado suplantar a los franceses y otras fuerzas occidentales de grandes áreas del continente africano.
Apenas esta semana, Prigozhin había aparecido en video que se cree se grabó en la base de Mali, prometiendo una expansión de las actividades Warner en África y la “libertad” de su gente.
A pesar de esto, hay ciertamente algunos en Moscú -notablemente, la inteligencia militar, que lo veían como un riesgo, una rueda suelta y una posible amenaza futura al gobierno de Putin y el sistema a su alrededor.