Desde el inicio de la pandemia por el coronavius, 420 bebés han muerto de covid-19 en Brasil, una cifra aproximadamente diez veces mayor que la de Estados Unidos, el país con mayor número de muertes por la enfermedad, según datos oficiales.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., 45 niños menores de un año perdieron la vida después de ser infectados por el virus.
En los bebés de uno a cinco años, la discrepancia entre los dos países también es evidente: Brasil registró 207 muertes por covid-19, mientras que EE.UU. contó 52.
Las cifras brasileñas son también más altas que las de Reino Unido, que registró solo dos muertes por coronavirus en bebés de menos de un año, y las de México, donde murieron 307 niños con edades comprendidas entre cero y cuatro años.
Francia, en cambio, solamente registró cuatro muertes en niños menores de 14 años con el nuevo coronavirus.
Al mismo tiempo, Estados Unidos es actualmente el país con el mayor número de muertes por covid-19 con 529.000, seguido de Brasil (270.000) y México (191.000), según datos de la Universidad Johns Hopkins.
La tasa de mortalidad estadounidense por el virus (161,28 por 100.000 habitantes) es también superior a la de Brasil (128,12 por 100.000 habitantes).
Por lo que se puede decir que, desde el comienzo de la pandemia, el covid-19 ha matado proporcionalmente a más personas en la nación norteamericana que en Brasil, de acuerdo con los datos oficiales proporcionados.
Las tasas de natalidad también son importantes en esta ecuación.
Ambos países tienen tasas prácticamente iguales, según el Banco Mundial: 1,77 hijos por mujer en Estados Unidos y 1,74 hijos por mujer en Brasil.
En 2019, se registraron 3,5 millones de nacimientos en Estados Unidos y 2,9 millones en Brasil, esto tomando en cuenta que la población estadounidense es de 328,2 millones, mientras que el país sudamericano tiene 210 millones de habitantes.
En resumen, Brasil tiene un mayor número de muertes de bebés y niños pequeños por covid-19, a pesar de tener menos nacimientos que Estados Unidos, donde, a su vez, mueren más personas por el virus.
Pero, ¿qué hay detrás de estas altas cifras de bebés y niños muertos por covid-19 en Brasil?
Las razones
Además de las cifras que ponen en evidencia la gran mortalidad infantil en Brasil, la nación sudamericana también registra un número significativo de niños hospitalizados por covid-19.
Solo este año, fueron hospitalizados debido a la enfermedad 617 bebés menores de un año, 591 niños de uno a cinco años y 849 entre seis y 19 años, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud.
Expertos entrevistados por BBC News Brasil explican que no existe una respuesta única al problema.
La falta de control en el manejo de la pandemia y la carencia de un diagnóstico adecuado, combinada principalmente con comorbilidades (enfermedades asociadas) y vulnerabilidades socioeconómicas, incluida la aparición de un síndrome asociado al covid-19 en niños, ayudan a explicar la trágica situación en Brasil.
Cabe señalar que aunque las muertes son más numerosas en Brasil, en comparación con otros países del mundo, la mortalidad en este grupo de edad sigue siendo «muy baja», según la comunidad científica.
De hecho, 420 bebés representan solo el 0,15% del total de 270,6 mil muertes por covid-19 en Brasil.
Por lo tanto, la probabilidad de que un bebé (o un niño) desarrolle síntomas graves de covid-19 y muera a causa de la enfermedad es rara, pero «no nula», le dice a BBC News Brasil Fatima Marinho, epidemióloga y consultora senior de Vital Strategies.
«Las muertes en este grupo de edad son raras, pero es necesario acabar con este mito de que los niños no mueren por covid-19», agrega.
Marinho enfatiza que las muertes por covid-19 entre bebés y niños en Brasil pueden ser aún mayores si tomamos en cuenta los decesos derivados del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés) no especificado.
«Podemos decir que el 48% de los que murieron por SARS no especificado tienen una alta probabilidad de muerte por covid-19 debido a criterios clínicos y epidemiológicos», señala.
Según Marinho, los datos preliminares de una encuesta realizada por Vital Strategies y la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en tres capitales regionales, mostraron que el 90% de los casos de SARS no especificados resultaron ser covid-19, luego de la investigación.
La misma señala que el covid-19 tiende a evolucionar de manera diferente en niños y adultos.
Como a los pequeños normalmente no se les hace la prueba de coronavirus, ya que, en la práctica, son mucho menos susceptibles a desarrollar los síntomas más graves de la enfermedad (y muchos son asintomáticos), sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, perjudicando el diagnóstico.
«Los pediatras deben prestar atención a los niños con dificultades para respirar y fiebre, y si se presenta diarrea y / o dolor abdominal o tos, (deberían) considerar el covid-19», dice Marinho.
Los médicos recuerdan que la probabilidad de muerte en los recién nacidos es mayor que en los niños mayores de un año porque su sistema inmunológico, responsable de la defensa de nuestro organismo, aún está «en formación».
Además, otra causa de muerte infantil en Brasil, que aún se investiga, es el llamado «síndrome inflamatorio multisistémico», que puede comprometer el cerebro, provocando encefalitis, u órganos importantes como el corazón y los riñones.
En Reino Unido, 1 de cada 5.000 niños que se infectan con coronavirus desarrollaron esta reacción del sistema inmunológico, según datos del gobierno británico.
Los síntomas, que incluyen fiebre alta, presión arterial baja y dolor abdominal, suelen aparecer aproximadamente un mes después del contacto con el coronavirus.
La gran mayoría de los niños que se infectan con el coronavirus no desarrollan este proceso inflamatorio ni se recuperan con tratamiento.
Pero en algunos casos, el síndrome puede convertirse en una afección grave y causar la muerte.
Sucedió con un paciente de la pediatra Jessica Lira, quien trabaja en la UCI del Hospital Infantil Albert Sabin, en Fortaleza.
La niña tenía dos años y desarrolló encefalitis, una inflamación en el cerebro que parece haber sido provocada tras el contagio por coronavirus.
«Murió de muerte cerebral. La conversación fue difícil, los padres estaban muy enojados, les costó entender cómo evolucionó en esto. No sabían que el covid-19 podría conducir a una situación como esta», aseguró Jessica en una entrevista reciente con BBC News Brasil.
Comorbilidades y vulnerabilidades socioeconómicas
Las comorbilidades y vulnerabilidades socioeconómicas son los factores que tienen mayor peso en la muerte de niños por covid-19 en Brasil.
Un estudio realizado por pediatras brasileños liderado por Braian Sousa, vinculado a la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), y bajo la supervisión de Alexandre Ferraro, identificó comorbilidades y vulnerabilidades socioeconómicas como factores de riesgo para el peor desenlace de covid-19 en niños.
«Individualmente, la mayoría de las comorbilidades incluidas eran factores de riesgo. Tener más de una comorbilidad aumentó el riesgo de muerte en casi diez veces. En comparación con los niños blancos, los niños indígenas, mestizos y del este de Asia tenían un riesgo significativamente mayor de mortalidad», dicen los investigadores en el estudio publicado en la plataforma medrxiv.
«Además del impacto de las comorbilidades, identificamos efectos étnicos, regionales y socioeconómicos que dan forma a la mortalidad de los niños hospitalizados con covid-19 en Brasil. Combinando estos hallazgos, proponemos que existe una unión (interacción entre problemas de salud y contexto socioeconómico ) entre el covid-19 y las enfermedades no transmisibles, impulsadas y fomentadas por desigualdades sociodemográficas a gran escala».
«Nuestros resultados también identifican grupos de riesgo entre los niños que deben ser priorizados para medidas de salud pública, como la vacunación», concluyen los investigadores.
Se estudiaron un total de 5.857 pacientes menores de 20 años, todos hospitalizados con covid-19.
El profesor Paulo Ricardo Martins-Filho, de la Universidad Federal de Sergipe (UFS), encontró hallazgos similares.
Él y su equipo desarrollaron un estudio para estimar las tasas de incidencia y mortalidad del covid-19 en niños brasileños y analizar su relación con las desigualdades socioeconómicas.
Y llegaron a la conclusión de que existían importantes diferencias regionales y una relación entre las tasas de mortalidad y las desigualdades socioeconómicas.
«La mayoría de los niños que mueren tienen comorbilidades, especialmente pacientes con cáncer o con sobrepeso y obesidad. También hay quienes tienen problemas pulmonares y cardíacos. Pero esto no es una regla. Vemos bebés y niños sanos muriendo de covid, algo que no estuvo presente en la primera ola «, dice a BBC News Brasil Lohanna Tavares, infectóloga pediátrica de la Comisión de Control de Infecciones del Hospital Infantil Albert Sabin de Fortaleza.
Los pediatras creen que la muerte de estos niños sanos puede estar relacionada con factores externos, como la desnutrición y otras enfermedades, como el dengue, por ejemplo, pero esta correlación aún no se ha estudiado.
Tavares refuerza otro factor que ha contribuido al aumento: la falta de asistencia.
«Las camas de hospitales y el acceso a la atención pediátrica son menores para los niños que para los adultos. Varias salas de hospitales pediátricos han sido ocupadas con camas para adultos», agrega.