Si para muchas personas diciembre es sinónimo de Navidad, para algunos estadounidenses noviembre equivale a otro evento que, a diferencia de este, se declara abiertamente comercial y consumista: el Black Friday.
El Viernes Negro es el día en que los comercios del país comienzan la temporada navideña, ya que miles de personas eligen esa jornada, posterior a la fiesta de Acción de Gracias, para salir a comprar los regalos.
Para aprovechar esta disposición a gastar, los negocios ofrecen ese día los mayores descuentos del año y amplían sus horarios.
Algunos abren la noche anterior y suelen encontrarse largas colas de clientes que entran en estampida.
Algo que incluso ha generado accidentes y las muertes de un trabajador y de un comprador en la última década.
Este año, en cambio, ya no es necesario esperar al viernes 24 para batirse cuerpo a cuerpo por un artículo a mitad de precio.
Grandes cadenas y comercios electrónicos han adelantado las ofertas, algunos desde el inicio del mes.
Quienes contaban los días hasta el Black Friday para ahorrar ahora deben decidir si aprovechan descuentos que tal vez no lleguen a repetirse después de Acción de Gracias o si esperan por si acaso otro establecimiento haga una rebaja aún mejor.
Miedo a quedarse atrás
Uno de los primeros en ofrecer descuentos fue Amazon, que el 1 de noviembre empezó una cuenta atrás para la llegada del Black Friday.
Cada día desde entonces, el gigante del comercio electrónico anuncia ofertas en cientos de artículos hasta llegar a la gran jornada del 24.
La cadena de productos electrónicos Best Buy y la de hipermercados Walmart también empezaron esta semana con las rebajas.
Que grandes establecimientos comiencen a vender a bajos precios antes de tiempo puede resultar una amenaza para sus competidores, en especial, para los de menor tamaño.
Por eso muchos han decidido seguirles los pasos para no quedarse atrás, según afirmó la responsable de marketing de la agencia de estudios de mercados DynamicAction, Sarah Engel, al diario estadounidense Washington Post.
Después de todo, el cliente que compra un televisor o un refrigerador a principios de mes rara vez repetirá un desembolso tan grande a las pocas semanas, según explicó.
Ya el año pasado, el presidente de la National Retail Federation (Federación Nacional de Comerciantes), Michael Shay, había observado en una nota de prensa que los estadounidenses empezaban cada vez más temprano la caza de ofertas.
«Los consumidores comienzan a buscar buenos precios y promociones con más antelación que nunca y los vendedores responden a esa demanda ofreciendo descuentos de Black Friday tan pronto como el día después de Halloween«, dijo entonces.
Una encuesta realizada el año pasado por su patronal reveló que más de la mitad de los estadounidenses (55,7%) ya había comprado algún regalo navideño el 8 de noviembre de ese año.
En América Latina, algunos países se han sumado en los últimos años a la celebración del Black Friday y de su versión digital, el Cyber Monday, que se realiza el lunes siguiente.
Entre ellos están Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Paraguay, Uruguay, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua y Panamá.