Tras la presentación este lunes de los últimos hallazgos de la agencia espacial estadounidense, NASA, en relación a la presencia de corrientes de agua en Marte, fueron muchos quienes hicieron la asociación con la posibilidad de que exista vida en el planeta rojo.
Desde hace años se ha sabido que en el pasado hubo grandes cantidades de agua corriente en Marte y también se conocía de la existencia de agua congelada bajo su superficie.
La importancia de este último descubrimiento, le dice a BBC Mundo Mary Beth Wilhelm, investigadora del Centro Arnes de la NASA en Moffett Field, California, es que «es la primera vez que hay evidencia directa de la existencia de agua líquida en la superficie de Marte».
Wilhelm añade que todavía no se sabe de dónde procede el agua, aunque indica que lo más probable es que sea de la atmósfera.
Anteriormente este año, la NASA informó que casi la mitad del hemisferio norte de Marte fue en el pasado un océano, con una profundidad mayor de 1,6km.
Otro aspecto novedoso del anucio de este lunes es que es posible que las corrientes de agua salada se den en la actualidad, no como algo del pasado.
¿Hay vida en el planeta rojo?
Con poquísimas excepciones, el agua es necesaria para la vida tal como la conocemos.
Sin embargo, los investigadores piden prudencia. El hecho de que haya agua congelada, corriente o ambas, no implica directamente que haya vida en Marte.
«Es muy difícil determinar la respuesta a esa pregunta», indica Mary Beth Wilhelm.
«El primer paso para averiguar si hay o hubo vida en Marte es determinar lo habitable que es el entorno, lo extremas que son las condiciones en el planeta.
«El agua corriente es un ingrediente esencial para la vida, es un requisito para la habitabilidad. Determinar la presencia de agua líquida es un paso para establecer que la superficie de Marte es un lugar que puede ser habitado», precisa la experta de la NASA.
Por su parte, Joe Michalski, investigador sobre Marte del Museo de Historia Natural de Londres, en Reino Unido, señala que el anuncio es un avance fascinante, en especial por lo que significa en cuanto a la posibilidad de que haya microbios vivos en el planeta.
«Gracias al estudio de los extremófilos en la Tierra –microorganismos que viven en condiciones extremas- sabemos que algunos seres vivos no sólo sobreviven sino que prosperan en condiciones muy áridas, muy salinas o en cualquier caso extremas en comparación con lo que es habitable para un ser humano.
«De hecho, en la Tierra, allá donde encontramos agua, hallamos vida. Por eso el descubrimiento del agua en Marte durante los últimos 20 años es tan emocionante», sostiene.
Futuros estudios
Mary Beth Wilhelm, de la NASA, insiste en que estos son primeros pasos que requieren mucha más investigación.
«Tenemos un robot en el planeta (Curiosity) y mandaremos otro en 2020 para buscar señales de vida», dice, además de continuar con el trabajo de investigación que se desarrolla desde los laboratorios en tierra.
«Nos queda determinar cuánta agua hay y su origen, que todavía es un misterio. Esos serán nuestros siguientes pasos», agrega.
También se habla de la posibilidad de enviar una misión tripulada al planeta rojo.
«Es algo en lo que estamos trabajando, es uno de los objetivos. Esperamos que nuestro descubrimiento actual lo haga más posible. Encontrar agua en la superficie de Marte hará más fácil que se pueda sobrevivir en el planeta y lo hará más barato».
Esterilizar las sondas
Una consecuencia interesante de los recientes hallazgos es que las agencias espaciales tendrán que pensarse bien dónde mandarán sus futuras sondas y robots.
Las normas aceptadas internacionalmente establecen que las misiones tienen que ser precavidas a la hora de ir a lugares de Marte donde sea posible que haya agua líquida.
Peter Grindrod, experto de la agencia espacial de Reino Unido, le dijo a la BBC:
«La protección planetaria establece que no podemos ir a cualquier sitio donde haya agua líquida porque no podemos esterilizar las naves lo suficientemente bien para garantizar que no contaminaremos estos lugares.
«Así que si se halla un lugar de interés en la zona de aterrizaje de una sonda, simplemente no se puede tocar tierra ahí».