Se aproxima la Navidad y, por lo tanto, se avecinan horas y horas pensando, buscando y comprando obsequios para familiares y amigos.
Pero ¿es mejor dar regalos materiales o experiencias?
Según una abrumadora cantidad de estudios de psicología social, obsequiar experiencias hace más felices a las personas que dan y reciben, además de tener efectos positivos antes y después del acto concreto de entrega.
«Existen distintos mecanismos psicológicos que explican por qué un viaje, unas entradas para un concierto o una cena otorgan mayor satisfacción que una prenda de ropa, unas joyas o un aparato tecnológico», explica Amit Kumar, psicólogo social e investigador de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, quien ha publicado numerosos trabajos sobre el tema.
En BBC Mundo te contamos por qué es mejor invertir en experiencias.
Interacción social
«La gente habla más de los regalos vivenciales que de los materiales y es justamente esa interacción social la que otorga mayor felicidad», le dice Kumar a BBC Mundo.
El valor conversacional de las experiencias es tan importante que, según sus estudios, cuando la gente no puede compartir lo vivido, el gozo decae. Esto no sucede con los regalos materiales.
Pero la interacción social no solo pasa por contarle a otros lo maravilloso que fue ir a un concierto de rock, por ejemplo, sino también por la conexión que se genera con aquel que vivió el espectáculo a tu lado, ya sea un amigo o un completo extraño.
Si bien el tiempo y dinero son los dos recursos más valorados en la sociedad moderna, «el tiempo es una fuente que interconecta a las personas más que el dinero», afirma un estudio sobre los vínculos emocionales que provocan los regalos vivenciales publicado el año pasado en el Journal of Consumer Research,
Allí uno de los entrevistados afirma: «Prefiero no recibir nada y pasar tiempo pescando o acampando antes que tener objetos caros».
Sin comparación
En «Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj», el escritor Julio Cortázar afirma que, al obsequiarte este objeto, «te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes».
En cambio, según se desprende de las investigaciones de Kumar, las experiencias «tienden a ser apreciadas por su valor intrínseco y no por cómo se comparan con lo que otros tienen».
Te recomendamos leer: Cómo consumir la cáscara de mandarina para combatir resfriados y gripes
Dado que las vivencias son siempre únicas, resultan «menos susceptibles a comparaciones desagradables o desfavorables», y por lo tanto, generan mayor satisfacción.
Es difícil quién pasó mejor en su viaje a Disney, pero no hay dudas que el último modelo de iPhone es superior al anterior, por ejemplo.
Por esa misma singularidad, las experiencias también elevan el sentido de identidad personal.
En palabras de Kumar: «Son las vivencias y no las posesiones materiales lo que nos moldea como personas».
Antes y después
«Piensa en cómo te sientes mientras esperas una reservación en un restaurante», dice Kumar, «ahora piensa en lo que te provoca la espera por la entrega de un producto comprado en Amazon».
En sus estudios, el psicólogo social descubrió que, en la previa, las experiencias provocan entusiasmo, pues la persona «saborea la expectación». Sin embargo, la espera material genera ansiedad y frustración.
Los beneficios no son solo en el antes sino también en el después.
«Puedes sentir emoción al pensar en un viaje que hiciste hace años, aunque luego volvieras a viajar. Pero no te sucede si piensas en la laptop anterior a la actual», ejemplifica Kumar.
Las vivencias provocan un «disfrute y satisfacción retrospectivos», dice una de sus investigaciones.
Por si esto fuera poco, también generan un mayor sentimiento de gratitud y generosidad.
En una de sus investigaciones el equipo de Kumar analizó 1.200 comentarios al azar de sitios orientados al consumo material (como Amazon) y de otros más vinculados a las experiencias (por ejemplo, TripAdvisor y Yelp).
Te invitamos a leer: Este es el horario de venta de bebidas alcohólicas para las festividades navideñas
«La gente tiende a sentirse más inclinada a comentar sobre sus sentimientos de gratitud cuando se refieren a viajes que hicieron, lugares que visitaron o comidas que disfrutaron, antes que cuando escriben de productos tecnológicos, mobiliario o ropas que compraron», dice el estudio publicado el año pasado en la revista Advances in Consumer Research.
Por otra parte, al pensar en una inversión vivencial significativa, la gente tiende a ser más generosa con otros que cuando piensa en compras materiales.
Comprar algo en un centro comercial puede ser más fácil que regalar una experiencia. Pero, según la ciencia, vivir es mejor que tener.
Artículo publicado originalmente el