Una encuesta realizada en 2017 mostró que menos de un 25% de los usuarios chinos usan el correo en su trabajo diario.
En mayo de 2008 impartía clases en una escuela de inglés para adultos en Yangshuo, una ciudad pequeña en el sur de China.
Al terminar el curso, mis estudiantes me dijeron que descargara QQ, una aplicación de escritorio china, muy similar al MSN Messenger, para que siguiéramos en contacto.
Les pedí que se registraran en Facebook, entonces accesible en China, y me añadieran como amiga, y que me dieran sus direcciones de correo electrónico.
Algunos lo hicieron, pero eran ciertamente difíciles de recordar, porque la mayoría eran de este tipo: zwpzjg59826@126.com.
Pensé que esas direcciones eran algo extrañas, pero por aquel entonces no eran tan inusual tener direcciones peculiares.
Años después, me encontré trabajando como periodista freelance y creativa en Pekín. Y apenas tenía contacto con mis clientes chinos por correo electrónico.
A menudo, recibía los encargos de trabajo a través de la aplicación de mensajería instantánea WeChat, muy popular en China.
Una vez completados, los enviaba y cobraba, también por Wechat.
El proceso me resultaba milagroso, y también la velocidad y eficiencia de la conexión a través del celular.
Predominio de las aplicaciones
En muchos países occidentales aún reina el correo electrónico, sobre todo en el trabajo.
Tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, el correo es la principal actividad en línea y la realizan un 90,9% y un 86% de los usuarios respectivamente.
En esos dos países, la consulta del correo es mayor que la búsqueda de productos y servicios, la banca digital, el consumo de videos y audios, y el uso de las redes sociales.
Pero en China la situación es distinta.
La encuesta de consumo a través del celular en China en el año 2018 realizada por Deloitte mostró que los chinos revisan su correo electrónico un 22% menos que los usuarios del resto del mundo.
Allí WeChat domina. El 79,1% de los que tienen smartphone lo usan, así como el 84,5% de los usuarios de aplicaciones de mensajería.
Y esa preferencia se extiende también a la oficina: una encuesta llevada a cabo en 2017 por Tencent, quien creó WeChat, entre 20.000 usuarios de la app descubrió que el 88% lo usaban para la comunicación diaria en el trabajo.
El teléfono, los SMS y el fax los usaban un 59,5%. El correo aparecía en un lejano tercer lugar en un 22,6% de las respuestas de los usuarios.
Eva Hsu dirige una firma de negocios digitales, es de Taiwán y pasó parte de su juventud en Estados Unidos. Ahora lleva seis años trabajando en Shangái.
Asegura que con sus clientes extranjeros se comunican por correo electrónico y con Linkedin, pero para sus clientes chinos utiliza otras vías.
«Tienden a usar WeChat y enviar archivos por ella, su principal vía de comunicación», afirma.
La cultura del cibercafé
Con más de un millón de usuarios en China, WeChat está por todas partes en el país.
Pero las razones por las que los chinos la prefieren como herramienta de comunicación podrían haber surgido años atrás.
En 1999, el recién creado gigante de la tecnología chino Tencent lanzó un producto llamado QQ, basado en la popular aplicación de mensajería instantánea desde el escritorio ICQ, propiedad de AOL.
Entonces, de acuerdo con el Banco Mundial, solo había 1,2 computadores por cada 100 habitantes en China, mientras que en Estados Unidos había un computador por cada dos.
Pero a partir de 2000, los cibercafés proliferaron a lo largo y ancho de China y atrajeron a muchos jóvenes.
QQ se convirtió en una de las razones claves de la popularidad de estos cafés, ya que ofrecía entretenimiento con juegos, música y una temprana red social china en la que la gente podía publicar textos breves.
Ofrecía una mayor interacción que el correo, con la posibilidad de crear avatares y enviar mensajes instantáneos.
En su libro «Supertendencias de la futura China», publicado en 2008, James Yuann y Jason Inch llegaron a la conclusión de que era inviable para los chinos no tener una cuenta de QQ o de MSN.
«Es casi lo que pensaría un occidental de alguien que no tiene licencia para manejar», escribieron.
Las tarjetas de presentación de los altos ejecutivos incluían sus cuentas en QQ y muchas compañías tenían sus propias cuentas.
En 2012 QQ ya contaba con 798 millones de usuarios activos, más de la mitad de la población de China entonces.
Pero WeChat, también creada por Tencent y lanzada al mercado en 2011, llegaría a convertirse en la herramienta de comunicación preferida en el país, justo cuando los teléfonos inteligentes desplazaban a los computadores de escritorio como el dispositivo más utilizado.
Matthew Brennan, un británico, consultor de una compañía china de innovación, trabaja en el país desde 2014 y afirma que una cuenta de correo es parte de tu identidad en muchos países, ya que se requiere para registrarse en la mayoría de servicios en línea.
En China, en cambio, se usan preferentemente las aplicaciones móviles y es posible hacer todas tus transacciones en internet con WeChat, Alipay, propiedad del gigante de la venta en línea Alibaba, y otras.
Se puede reservar una cita en un servicio profesional, pagar por las compras y enviar mensajes a los amigos con una sola aplicación.
Mensajería instantánea
Zhong Ling, profesora asistente de Economía en la Escuela de Negocios Cheung Kong, en Pekín, cree que WeChat encaja con la cultura china del trabajo.
«Requiere menos tiempo de trabajo formal que el correo electrónico», dice.
«Esta informalidad hace más probable que la gente responda de manera instantánea. La cultura y el ambiente de los negocios en China motivan una demanda por responder inmediatamente«.
La experta señala que la frontera entre la vida personal y la profesional es más difusa en China.
«En consecuencia, los empleadores y gerentes suelen enviar peticiones o tareas fuera de las horas normales de trabajo y prefieren no esperar hasta el siguiente día laborable por una respuesta trivial».
Zhong Ling añade que para conversaciones que requieren varias interacciones WeChat es más rápido que el correo.
La otra cara de esto es que los trabajadores están bajo presión para responder a todas horas.
El diseño de una plataforma influye sobre cómo nos comunicamos en ella y hay diferencias, sutiles pero evidentes, entre productos como Facebook, WhatsApp o WeChat.
Reflejo de otra época
En países angloparlantes como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Australia, el correo conserva las costumbre de la era analógica.
El «querido X» en el encabezado y despedidas formales como «con los mejores desos», etc., revelan vestigios del estilo de las antiguas cartas.
Pero en muchos países asiáticos, la escritura instantánea e informal de las aplicaciones parece más apetecible para los usuarios.
Alan Casey, de la consultora Prophet, con oficinas en repartidas por toda Asia, dice que su equipo se ha encontrado con que las aplicaciones tienen mucha mayor presencia que el correo en esta parte del mundo.
«Muchos países como China y los del sudeste asiático se han saltado la era del computador y pasaron directamente a la de la conectividad por el celular», sostiene.
«Esto ha llevado a un consumo masivo de redes sociales, como Facebook, WeChat, Line, KakaoTalk, Zalo, etc.», indica Casey.
Haciendo negocio
En China, aparte de WeChat, hay aplicaciones de negocios pensadas para ayudar a las grandes corporaciones y orientadas al trabajo y la productividad.
Plataformas como DingTalk, de Alibaba, y Lark, de ByteDance, así como WeChat Work, la versión de negocios de WeChat, ofrecen opciones como compartir documentos, nóminas, y control de la presencia de los empleados con mayores niveles de privacidad.
DingTalk permite a los usuarios ver en tiempo real si alguien ha leído un mensaje y enviar una alerta que vibre en el teléfono para que lo haga.
«Servicios dispersos» en Occidente
Hailan Jia, de 30 años, es responsable de relaciones públicas en una compañía china dedicada al comercio de criptomonedas y se trasladó con su pareja de su Pekín natal a Inglaterra, donde ahora vive.
Asegura que el Reino Unido los servicios están más dispersos.
«Puedes comprar algunos productos en Amazon, alimentos en algunas aplicaciones, y hacer reservas y citas en sitios web, pero todos requieren correo electrónico o una cuenta en Facebook; no es como en China, donde usas tu cuenta de WeChat para todo.
«En China nunca revisaba el correo, así que no esperaba que la gente respondiera los emails».
Pero eso no significa que en China no se use el correo electrónico en absoluto.
Muchos chinos tienen direcciones de correo, pero las revisan con mucha menos frecuencia que europeos y estadounidenses.
En las grandes ciudades como Pekín o Shangái se sigue más el que suele ser el patrón internacional.
Una de mis antiguas estudiantes en Yangshuo, Leely, fue una de las pocas que me dejó su correo electrónico al concluir el curso.
Mantuvimos el contacto por esa vía durante una temporada. Ahora tiene 30 años y vive en Guandong, en el sur de China, donde trabaja para una compañía de iluminación.
Me la volví a encontrar en WeChat hace un par de años y ahora nos comunicamos de esa forma.
Le pregunto si aún usa el correo electrónico que me dio entonces.
«¿Cuál es?», me responde riendo. «Tengo tantas, algunas en 163, otras en 126, y otras en MSN», afirma, mencionando a diferentes proveedores.
Ahora apenas consulta su correo y le cuesta recordar cuándo lo hizo por última vez.
«Lo que más uso es WeChat. No uso mucho QQ, aunque algunas veces lo hago».
Para ella, como para muchos otros chinos, WeChat forma parte integral de su vida y el correo es un recuerdo pintoresco del pasado.