Cuando Liv Shelby publicó un video en TikTok sobre la muerte de su madre, nunca esperó que fuera visto por tanta gente.
Sentada en su auto y hablando a la cámara, fue la primera vez que se abrió públicamente sobre lo que le pasó a su madre, Lisa, en 2005.
Ese año Liv cumplió 3 años y fue en la fiesta de su cumpleaños donde su papá atacó y mató a su mamá.
Ella creció sabiendo que su mamá se había ido y que su papá era el responsable de esa ausencia, pero Liv contó que su familia nunca habló sobre la muerte de su madre, por lo que ella no supo exactamente lo que había pasado.
Todo cambió ocho años después cuando, en una clase de informática en el colegio, decidió escribir el nombre de su madre en un buscador en internet.
Una decáda después, a sus 21 años, Liv decidió compartir su historia con el mundo.
En su video de siete minutos, que ha sido visto más de 4 millones de veces, la joven habla abierta y emotivamente sobre el impacto que el crimen ha tenido en su vida.
Liv, quien publica regularmente en su canal de TikTok para sus 270 mil seguidores, explica que una de las razones que le llevó a contar su historia fue ver y oír a gente que «romantiza las relaciones de abuso doméstico», lo que le hizo tener la necesidad de mostrar las devastadoras consecuencias que esas relaciones pueden tener.
Además, también quiso resaltar el impacto que puede tener para un niño perder a uno de sus progenitores (o a ambos, en su caso).
Guardar los sentimientos dentro
El día del ataque, Liv se encontraba en Canadá, país en el que nació.
Tuvo que esperar hasta los 8 años para poder mudarse a Reino Unido con su abuela materna, después de una larga y dura batalla legal por su custodia entre ambos lados de su familia.
Su padre, Bradley Benham, fue declarado culpable de asesinato en segundo grado en noviembre de 2008 y condenado a cadena perpetua con un mínimo de 12 años de prisión.
Según contó Liv en el podcast Reliable Sauce de la BBC su padre ya salió de la cárcel, pero no ha tenido contacto con él.
Dijo que durante todo este tiempo se guardó lo que sentía y nunca había hablado sobre lo que pasó con su abuela o con su novio.
«Simplemente lo tenía dentro de mí, para siempre, y no hablaba de ello con la gente que me conoce en la vida real», señaló.
A pesar de que finalmente acudió a una consejera escolar, admitió que era «bastante testaruda» y que «no quería hablar con nadie».
«Porque sobre todo, sin ánimo de ofender, ella no era especialista, era una consejera muy genérica con la que tenías una hora o media hora para sentarte a hablar», explicó.
«No creo que estuviera preparada para lo que le iba a decir si me hubiera metido de lleno en el tema».
«Es muy triste»
Basándose en sus experiencias, Liv cree que debería haber un mayor reconocimiento de las necesidades de los niños que han perdido a uno de sus padres por violencia doméstica.
Según las últimas cifras de la Oficina Nacional de Estadística en Reino Unido, casi la mitad (45%) de las 70 mujeres adultas víctimas de homicidio en Inglaterra y Gales hasta marzo de 2023 murieron por violencia doméstica.
Según las cifras, en todos los casos menos uno la persona sospechosa de haber cometido el asesinato fue un hombre.
En el informe también se señala que sólo el 8% de las víctimas masculinas de homicidio murieron en asesinatos relacionados con el ámbito doméstico, un total de 30 muertes, siendo una mujer la persona sospechosa en 11 de esos casos.
La violencia contra las mujeres y las niñas y los esfuerzos para combatirla suelen ser noticia, pero se habla menos de los niños en duelo y se investiga menos al respecto.
John Devaney, catedrático de Trabajo Social de la Universidad de Edimburgo, afirma que los datos no se registran oficialmente, pero predice que entre 100 y 250 niños al año lloran la pérdida de uno de sus progenitores por homicidio doméstico en Reino Unido.
«Cuando un progenitor es asesinado por su pareja actual o anterior, en muchos casos se trata del otro progenitor del niño», afirma, y coincide en que debería ofrecerse más apoyo a los niños afectados.
Una posible solución, piensa Liv, sería designar un consejero especializado para cada niño, algo que le habría ayudado a ella cuando era pequeña.
«Te asignan a alguien que va a pasar por todo eso contigo o que ya conoce tu historia; no tienes que sentarte ahí y explicarla».
Liv dice que la reacción a su video, con otras personas compartiendo sus propias experiencias de homicidio doméstico, le ayudó a sentirse menos sola.
«Había mucha gente», dice, «muchos de ellos conocían a alguien a quien le había ocurrido, así que todo el mundo se sintió identificado”.
«Es muy triste», pero reconoce que de esa manera pudo darse cuenta de «que hay otras personas que han pasado por lo mismo».