La sociedad dominicana ha cambiado mucho en los últimos 50 años: de una sociedad rural a una urbana; el surgimiento de una clase media alimentada por los flujos de remesas que hoy constituye la fuente de divisas más importante que alimenta el consumo de una gran parte de los hogares dominicanos.
Este proceso de movilidad social, con toda sus falencias y heterogeneidades, ha dado como resultado una clase media que detenta cierta capacidad de ahorro personal, que necesita establecer objetivos de inversión.
Establecer objetivos de inversión es un paso vital para alcanzar el éxito financiero, especialmente cuando se trata de las inversiones que quieres realizar. Aprovechar al máximo tu dinero o asegurarte de preservar tus activos, te permite equilibrar tus riesgos. Igualmente, querrás evitar obstáculos que puedan provocar pérdidas innecesarias u oportunidades perdidas.
Lo primero que debes hacer es “identificar los objetivos financieros más importantes a corto, mediano y largo plazo, y después calcular cuánto costará probablemente cada objetivo”. A menudo es una buena idea crear cuentas de ahorro o de inversión separadas para cada uno de tus principales objetivos de inversión.
“Debes conocer el plazo de tu inversión”. El momento en que necesitas tu dinero a menudo determina cómo lo invertirás. Es decir, que en algunos casos puedes necesitar tu dinero antes de lo esperado y puedes verte obligado a deshacerte de la inversión que has realizado sin esperar el retorno planeado.
“Ser paciente”, por lo que invertir a largo plazo (comprar y mantener) generalmente funciona mejor que intentar obtener un retorno muy rápido.
“Trata de informarte lo más que puedas”. Tienes que saber en qué estás invirtiendo, especialmente si es una inversión con la que no estás familiarizado. ¿Como funciona? ¿Qué rendimiento o rentabilidad recibirás? Dar seguimiento a las inversiones que posees es muy importante.
En fin, “trata de diversificar tus inversiones para no apostar todo en una sola inversión”. Evita las corazonadas y los consejos interesantes. Porque siempre en el país pueden aparecer muchos “expertos” como un tal “mantequilla”.