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SANTO DOMINGO.-El temor se adueña cada día más de los vecinos contiguos a la cañada de “La Chorrera” por el hacinamiento que impera en los callejones del populoso sector de Manganagua, ante la alarma internacional del coronavirus.
Específicamente en la Calle Progreso, número nueve, detrás de la Escuela Aníbal Pons, las aguas putrefactas que colindan con el plantel y el barrio, representan un foco de contaminación para cientos de estudiantes y familias que viven en condiciones infrahumanas
