El día de ayer tuve una pequeña discusión con un joven que culpaba al Presidente de haber “salado” el equipo dominicano en el Clásico Mundial de Béisbol y esto es, por hacer el lanzamiento de la primera bola del partido entre Venezuela y República Dominicana.
Yo soy una de las personas que cree firmemente que la palabra tiene un gran poder e impacto sobre los demás y desde antes de que nuestros peloteros llegaran a Miami, ya muchos de nuestros paisanos pronosticaban una derrota inminente por las bajas de algunos representantes del equipo, los comentarios que más abundaban en las redes sociales decían que íbamos a perder y a esto lamentablemente se le sumó el fanatismo político, otra mala vibra que no necesitábamos; Venezuela nos derrotó, ¿complacidos?
Para ser honesta, por este tipo de actitudes, me sorprende a gran manera lo lejos que ha llegado la República Dominicana en todos los aspectos en los que nos hemos destacado; somos un ejemplo mundial de recuperación post-COVID ya que rompimos récord en turistas que ingresaron al país después de la pandemia, recuperamos la confianza de los inversionistas extranjeros, nuestra inflación es alentadora en comparación con la mayoría de países del continente, incluyendo los Estados Unidos, entre otros logros que hemos tenido como nación pese a la situación de crisis mundial por la que atravesamos y no solo hablo de lo económico, porque también tenemos una gran crisis de valores.
Deseo que llegue el momento en que separemos la politiquería barata de los deseos de superación de cada uno de los dominicanos, uniéndonos y protegiéndonos los unos a los otros; porque no hay mayor acto de ignorancia que querer que nuestro país fracase porque militamos en un partido político distinto al que nos gobierna.
República Dominicana es la única casa que tenemos, si el país está mal, también nosotros y nuestros vecinos, es por esto que sin importar el color que esté administrando el Estado, nuestro deber patrio es proteger nuestra identidad, porque el poder es pasajero.
Pido a Dios que la República Dominicana gane este Clásico Mundial de Béisbol y nos traiga esa anhelada “corona” exhortando a nuestros peloteros a dar lo mejor de ustedes, porque son nuestra gloria y orgullo, y ojalá este país se convierta en un paradigma de empatía y desarrollo a nivel global.
Un fuerte abrazo y recuerden proclamar cosas buenas sobre esta nación y van a ver que todo se cumple, porque como les había dicho, la palabra tiene poder y nuestra misión debe ser declarar mensajes de cambios positivos para nuestro pueblo.
Isauris Almánzar