Santo Domingo.–Rafael (Tato) Bisonó siempre ha sido un hombre que “se arropa hasta donde le llega la sábana”.
Ha tenido éxito en sus proyectos y se ha consolidado como el principal constructor privado de viviendas económicas de República Dominicana.
Sus inicios en la construcción de soluciones habitacionales de bajo costo se dieron casi por una cuestión de sobrevivencia, pero su permanencia en el negocio se debe a que siempre ha sido un hombre cauto y muy precavido.
Trata de realizar sus proyectos con capital propio, no inventa en el negocio, ni se mete en proyectos muy ambiciosos, “por más bonitos que se vean”.
De la mano de Dios
“Pero lo más importante y fundamental es que trabajo con ese Señor”, confesó el presidente de Constructora Bisonó, refiriéndose a la imagen de Jesucristo que mostró en un crucifijo que sacó de su bolsillo.
Expresa que el que trabaja con Dios todo lo puede.
“A veces me pongo a orar y se me va toda preocupación”, indicó Bisonó con viva certeza y satisfacción por su devoción a Dios.
Durante la entrevista, don Tato se valió de la experiencia que le han dado los años en la construcción para transmitir sabios consejos a los ingenieros que se lanzan al mercado. Aunque comenzó desde cero, afirma que en su desarrollo profesional no ha pasado momentos de crisis, por ser precavido.
“Yo le aconsejo al que pueda que trabaje con capital propio, no vaya a ser que se vea envuelto en un problema de deuda. Los bancos son tus amigos hasta que no les pagas”, advirtió en los Coloquios de EL DÍA.
Refirió que hay muchos profesionales que “desgraciadamente” han perdido su fortuna porque en un determinado momento sucedió un evento inesperado (como una alta de tasa de interés y otras cosas) y no pueden pagar.
Por eso recomienda asegurarse muy bien del proyecto que pretenden emprender y guarden una parte de capital mientras trabajan.
Sus inicios
Don “Tato” comenzó a acariciar la construcción desde muy joven. A los 21 años se graduó de ingeniero civil, pero su relación con las varillas y el cemento empezó desde los 12 años, cuando ayudaba a su padre en la edificación de proyectos viales.
Siendo un estudiante, trabajó en los cálculos de los edificios de la Feria Ganadera, donde le pagaban 25 pesos por semana.
Recuerda que en la década del 50 participaba en muchos concursos del Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) y llegó a construir más de 4,000 casas sociales, que valían unos 1,200 pesos cada una.
Así erigió casas en el Batey Doña Ana, de San Pedro de Macorís, en Barahona, La Vega y Santiago.
Encuentro con Balaguer
Con mucho orgullo, “Tato” cuenta que trabajó con el expresidente Joaquín Balaguer por circunstancias de deuda. Narró que el extinto líder político le recibió en su despacho, tras haberle solicitado una cita 14 veces.
Su interés era que le pagara una deuda de 400 mil pesos que el Gobierno le adeudaba, pero Balaguer le contestó: “Andaaa, yo no tengo cuarto, pero te puedo dar trabajo”. Fue así como trabajó para él (Balaguer) durante cuatro años, cuatro meses y 17 días. Hasta que su mujer le dijo: “Balaguer o yo”. Entonces renunció.