El científico y filósofo Íñigo Montoya pasó un sofocón al hablar ante un congreso sobre ideología de género. Cito del discurso, que extrañamente dijo en castellano y ningún periódico publicó: “Las personas (y los personos) olvidamos frecuentemente que la gente (y los gentos) poseemos idénticas derechas humanas y jurídicas pero distintas vocaciones sociales.
Nuestra individualidad como ciudadanos (y ciudadanas) nos confiere una identidad biológica determinada por nuestros genes, compuestos por ácido desoxirribonucleico (ADN).
La diferencia no es solo que las mujeres tengan dos cromosomas “X” mientras los hombres una “X” y otra “Y”, pues recientemente se descubrió que entre uno y otro sexo hay 6,500 genes notablemente distintos, con profundo efecto biológico.
La homosexualidad es solo eso, atracción sexual entre dos humanos (o humanas) del mismo sexo.
Lo de “transgénero” es un invento de malos psicólogos que aplican una cruel solución quirúrgica a un problema mental y casi nunca biológico. Hombres y mujeres poseen derechos y obligaciones sociales y políticos porque son gente, no porque les cuelgue algo entre sus piernas…”.