Uno de los temas recurrentes en la sociedad dominicana es el de la salud mental. Cada día se producen situaciones que constituyen el mayor de los escándalos y que, además, se van sucediendo unos tras otros, sin que parezcan existir estrategias integrales para hacer frente a las causas que lo provocan.
Son espeluznantes casos en el que una madre, médico y militar, decapita a su pequeña de seis años de edad, y luego dice que lo habría hecho “un espíritu maligno, porque ella sería incapaz de provocarle daño a su hija”, o en el que otra arranca el cuero cabelludo a su descendiente, u otro, en el que una progenitora golpea a su niña hasta dejarla por muerta; una que se lanza con su nena en brazos de un cuarto piso, y otros tantos que faltarían tiempo y espacio para contar.
U otros, en el que un hijo mata a su padre y una mujer hiere a puñaladas en la cabeza a su propia hija, y, ni qué decir sobre las escandalosas y criminales prácticas de los feminicidios, y/o de los enfrentamientos entre parejas en los que uno de los dos resulta muerto.
En lo que va de 2024, República Dominicana registra más de cinco casos, en los que padres han terminado con la vida de sus hijos o que hijos han asesinado a sus padres.
Estos crímenes han estremecido el país, porque, además, constituye una incuestionable confirmación del nivel de deterioro en el que se encuentra la familia, lo cual incrementa la gravedad del drama, debido a que, como se ha definido siempre, este es el primer y principal núcleo en la estructura de la sociedad.
No se puede negar que, en los últimos tiempos, las autoridades han mostrado un mayor interés en abrir canales para facilitar la atención a la salud mental y que, incluso, ha incorporado, a través del Gabinete de Salud, una línea telefónica, que funciona desde marzo del pasado año 2023.
Informes publicados indican que en su primer año de operación la línea telefónica “Cuida tu salud mental” brindó ayuda a más de 7 mil personas con alteraciones, de las cuales el 63 % fue tipificado como ansiedad, un 47 % con tristeza; 42 % con angustia y el 37 % afectado de insomnio.
Esa primera atención, a través de una línea telefónica, es necesaria y efectiva, pero no impactará en un buen resultado de sanidad, sino se crean los mecanismos de seguimiento que incluyan la intervención psicológica o médica a tiempo en los casos que se hayan diagnosticado.
Una de las principales demandas de quienes reclaman la reforma a la Ley de Seguridad Social 87-01 es la inclusión en el catálogo de atención de las Aseguradoras de Riesgos de Salud (ARS) de la atención a la salud mental que todavía no figura como un servicio, sin que parezca preocupar a muchos, a pesar de las secuelas dejadas en ese ámbito por el Covid-19, confirmadas por las propias autoridades locales y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aparte de que, de acuerdo a estudios, República Dominicana forma parte de los países de la región que asignan un presupuesto menor al 1 % para salud mental, cuando la recomendación de la OMS es del 5 % al 10 %.
Tan grave se ha tornado la salud mental de la gente en distintos partes del mundo, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), acogiéndose a la identificación del problema que hace la OMS en ese sentido, recomienda a gobiernos, empleadores y organizaciones de todos los ámbitos facilitar espacios y canales de atención para la salud mental de los trabajadores.
La OIT se remite al Informe mundial sobre salud mundial: Transformar la salud mental para todos, publicado por la OMS, en el año 2022, en el que destaca el lugar de trabajo como ejemplo clave de un entorno en el que se necesitan medidas que transformen la situación de la salud mental.
Las recomendaciones abarcan intervenciones institucionales, la capacitación de los gestores y trabajadores, las intervenciones caso por caso, la reincorporación al trabajo y la obtención de empleo.
La normativa que acompañaba el estudio establece específicamente lo que gobiernos, empleadores, organizaciones que representan a los empleadores y trabajadores, y demás partes interesadas, pueden llevar a cabo en el esfuerzo de mejorar la salud mental en el trabajo.
Es importante y urgente la creación de un plan integral para la atención de la salud mental de la gente, que es un componente psicosocial, por lo que su control, sin dudas, puede repercutir en forma transversal en la solución de otros graves problemas de la comunidad. ¡Vamo´arriba!