SANTO DOMINGO.-Los gentes de la Policía implicados en el robo, repartición y venta de los 400 kilos de cocaína, adquirieron vehículos e inmuebles con el dinero de la comercialización de la droga a través de testaferros, hecho ocurrido en Barahona.
Esto de acuerdo a los documentos ocupados durante allanamientos realizados la semana pasada a las viviendas de los imputados como parte de las investigaciones del Ministerio Público, y que analizan para identificar esos bienes, que adquirieron mediante prestanombres.
Las autoridades profundizan la investigación ya que presumen que los abogados de los policías estarían ayudando en el ocultamiento de los vehículos e inmuebles que adquirieron sus representados con el dinero de la droga que vendieron a dos narcotraficantes de Barahona.
El robo de los 400 kilos de cocaína se produjo en la noche del 28 de agosto por un grupo policial compuesto por once personas bajo el comando de un capitán identificado como Rafael Medina Pérez.
De acuerdo a la solicitud de medida de coerción, la sustracción del referido alijo de cocaína provocó el secuestro del cabo Esteban Féliz el pasado 3 de noviembre, que fue cuando los captores reclamaban parte del botín, que tiene un valor en el mercado de 260 millones de pesos; sin embargo, el imputado asegura que solo recibió un saco con 10 kilos de cocaína, por lo cual le dieron dos millones de pesos. Los implicados en el tumbe de la droga cumplen un año de prisión.
Caso del secuestro
La jueza de la Oficina de Atención Permanente, María Valenzuela dictó un año de prisión a tres agentes de la Policía y a un civil, acusados de participar en el secuestro del cabo Féliz y declaró complejo el caso de los agentes Wellington Ferreras, Jonathan Pérez y su pareja, hija del suspendido encargado de Asuntos Internos de la Policía en Barahona, Cherilyn Suero Medina y Jorge Luis Díaz.
Indagatoria
— Investigación
El Ministerio Público profundiza las investigaciones del caso para identificar y ubicar los bienes, así como los presuntos narcotraficantes que compraron los 400 kilos de cocaína que los policías sustrajeron, se repartieron y comercializaron.