PUERTO PRÍNCIPE.- El jefe de la policía de Haití acusó el miércoles a un empresario venezolano propietario de una compañía de seguridad en Florida de haber viajado en numerosas ocasiones al país caribeño como parte de una conjura para asesinar al presidente Jovenel Moïse.
Léon Charles, director de la Policía Nacional haitiana, señaló que Antonio Intriago, de la empresa CTU Security, firmó un contrato cuando estuvo en Haití, pero no dio detalles ni presentó pruebas. “La investigación está muy avanzada”, aseveró Charles.
No se pudo establecer contacto con Intriago para conocer sus comentarios. El jefe de la policía nacional de Colombia ha dicho que CTU Security usó una tarjeta de crédito corporativa para comprar 19 boletos de avión para trasladar de Bogotá a Santo Domingo a los colombianos presuntamente involucrados en el magnicidio.
En una conferencia de prensa el miércoles por la noche, Charles solicitó a los haitianos que contribuyan con las autoridades a seguir la pista a otros sospechosos que continúan fugitivos, entre ellos un exsenador, al que acusó de facilitar las armas utilizadas en el atentado del 7 de julio.
El exsenador John Joël Joseph, un político haitiano y opositor al partido Tet Kale al que pertenecía Moïse, es uno de cinco fugitivos que, a decir de la policía, están armados y son peligrosos.
“Estamos buscando a estos asesinos, y a donde sea que vayan debemos capturarlos, arrestarlos y presentarlos ante la justicia”, declaró Charles.
En un video difundido el año pasado en YouTube, el exsenador comparó a Moïse con el coronavirus, y dijo que los haitianos han muerto de hambre o fueron asesinados en medio de un incremento de la violencia durante su gobierno.
“La inseguridad ha infectado a todos los haitianos”, manifestó.
El jefe de la policía también anunció el arresto de Gilbert Dragon, que encabezó a un grupo rebele conocido como Frente Nacional Revolucionario para la Liberación y Reconstrucción de Haití. El grupo controló partes del país después del golpe de Estado de 2004 en el que fue derrocado el presidente Jean-Bertrand Aristide.
Las autoridades dijeron haber encontrado varias armas en su casa, entre ellas un sable, dos granadas y un fusil AR-15.
Además, los agentes arrestaron a un haitiano identificado como Reynaldo Corvington, acusado de proveer a los sospechosos albergue y las sirenas que colocaron en los techos de sus vehículos, con la asistencia de otro sospechoso, James Solages, un haitiano-estadounidense detenido hace días.
Corvington es propietario de una compañía de seguridad llamada Corvington Courier & Security Service, que fundó en 1982, de acuerdo con su página web, la cual hace recomendaciones para sobrevivir a un secuestro.
La policía dijo que encontraron varias armas en la casa de Corvington, entre ellas nueve pistolas y un AR-15. Otro de los fugitivos identificado por la policía es Joseph Felix Badio.
Charles dijo que Badio alquiló una casa próxima a la residencia de Moïse para ayudar a que los sospechosos conocieran la zona. Badio trabajó para el Ministerio de Justicia haitiano, y en marzo de 2013 se unió a una división anticorrupción del gobierno.
La agencia afirmó en un comunicado que Badio fue despedido en mayo por “graves infracciones” a las normas éticas, y dijo que entabló una querella en su contra. “Este acto infame es una afrenta para nuestra democracia”, dijo la unidad en un comunicado.
Charles, el jefe de la policía, dijo que cuatro altos funcionarios a cargo del cuerpo de seguridad del presidente están detenidos en aislamiento, y las autoridades siguen tras la pista de los demás fugitivos, entre ellos Rodolphe Jaar.
Él nació en Haití, habla inglés y tiene un título universitario en administración de empresas, según documentos judiciales. No es ciudadano estadounidense.
Jaar, que alguna vez tuvo el apodo de Whiskey”, fue encausado en 2013 en una corte federal del sur de Florida bajo cargos de asociación ilícita para traficar cocaína a Estados Unidos desde Colombia y Venezuela a través de Haití.
Se declaró culpable y fue condenado a casi cuatro años de prisión, según documentos judiciales. En la audiencia de sentencia de 2015, el abogado de Jaar dijo al tribunal que el acusado había sido una fuente confidencial para el gobierno de Estados Unidos durante varios años antes de que lo encausaran. También accedió a cooperar con autoridades federales y pidió una pena más leve, ya que tenía una esposa, un hijo de un año y padres ancianos.
En junio de 2000, Jaar presentó una demanda civil contra el gobierno de Estados Unidos reclamando la devolución de una “gran cantidad” de dinero en efectivo que se le confiscó junto con su pasaporte y su visa de turista cuando agentes de aduanas le marcaron el alto en un auto arrendado.
En ese momento no fue detenido, pero Jaar dijo que se enteró de que le estaban investigando por lavado de dinero. El gobierno le devolvió después sus pertenencias y no presentó cargos. Jaar, que retiró la demanda, se describió en documentos judiciales como propietario de un exitoso negocio de importaciones en Haití.
Dijo que su familia manejaba el negocio desde 1944. Las autoridades de Haití investigan el asesinato de Moïse con ayuda del gobierno de Colombia, que ha dicho que por lo menos 18 exsoldados colombianos sospechosos del asesinato fueron arrestados y siguen detenidos en Haití.
Charles señaló que tres haitianos también fueron detenidos y que al menos tres sospechosos fueron abatidos. Agregó que seguirán investigando a los detenidos para identificar a los autores intelectuales del magnicidio. Los haitianos detenidos fueron identificados como Solages, Joseph Vincent y Christian Emmanuel Sanon.
Sanon viajó a Haití en junio a bordo de un avión privado con varios de los supuestos perpetradores del ataque, según la policía.
El haitiano de 62 años, médico, clérigo y empresario en Florida, alguna vez expresó en un video en YouTube su deseo de gobernar Haití y tachó de corruptas a las autoridades del país. Charles dijo que Sanon trabajaba con los que tramaron el magnicidio y que los asesinos de Moïse lo protegían.
Agregó que los agentes que registraron la casa de Sanon en Haití encontraron una gorra con el logotipo de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), 20 cajas de balas, piezas de armas, cuatro matrículas vehiculares de República Dominicana, dos autos y correspondencia.
Un socio comercial y un pastor de Florida que conocían a Sanon dijeron a The Associated Press que el sospechoso era religioso y no creían que estuviera involucrado en hechos violentos
. El socio, que habló bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, dijo creer que Sanon fue engañado, y lo describió como una persona “completamente ingenua”.