Aquellos que, como yo, han asumido voluntariamente el compromiso de buscar cada día un tema para comentarlo con los lectores, tropiezan en este tercer día de la juramentación presidencial con una dificultad.
Se trata de que otros más favorecidos por el reloj se nos han ido adelante y ya prácticamente todos los análisis están hechos y dichos.
Los comentarios acerca del discurso de Danilo se han producido a la medida, para los gustos los colores, y los nombramientos también.
En pocas palabras, no hubo sorpresas. Y el mundo sigue su agitado curso.
¿Qué nos queda, entonces? Pues nada y todo.
Yo diría que lo que se nos presenta ahora es una nueva oportunidad para sobreponernos a las adversidades que se puedan presentar, manteniendo nuestras diferencias, pero sin escatimar esfuerzos para ser mejores ciudadanos.
Se puede. Solo falta voluntad.