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Santo Domingo.-La explotación sexual comercial en menores de edad se da con frecuencia en la República Dominicana, sobre todo en las personas que viven en la extrema pobreza, que pueden utilizar este medio para obtener recursos económicos.
Pero también son aprovechados por las redes de trata de personas, o proxenetas, que se aprovechan de sus necesidades.
Ante estos casos, padres o personas cercanas callan por el miedo de que alguien caerá preso o más bien, de ser el inculpado principal de cometer o propiciar este hecho.
