Los Ángeles.-Ha pasado un año desde que murió uno de los rostros más divertidos de la gran pantalla. La vida de Robin Williams se apagaba a los 63 años dejando desolados no solo a su familia, amigos y compañeros, sino también a cientos de fans que despedían a uno de los cómicos más conocidos del cine.
Han pasado doce meses y Robin sigue muy presente en el pensamiento de los suyos, que, pese al tiempo transcurrido siguen inmersos en la batalla judicial por su herencia.
Los hijos y la viuda del actor siguen sin ponerse de acuerdo -el juez les había dado hasta finales de julio para hacerlo- acerca del reparto de algunas pertenencias materiales de Williams. Objetos que estaban en casa del actor y que la viuda Susan Shneider pedía a sus hijos, que se los habrían llevado tras la muerte de este.
Ellos aclaran que Susan está actuando en contra de los deseos del artista y de los planes que hizo para repartir su patrimonio. “Su intención no era llevar esto a un tribunal.
El señor Williams no habría querido esto” asegura el abogado de los hijos de Robin, Andrew A. Bassak.
El letrado señala que, además de esos objetos de la casa que compartían Susan y Robin, la pelea involucra una cantidad de dinero. “La principal lucha es por la cantidad de dinero que queda.