Santo Domingo.- Un plan piloto voluntario dirigido a la eventual reducción de la semana laboral en República Dominicana arrojó que los objetivos empresariales se cumplieron “siempre” en un 91 %, aunque sus gestores establecieron que no existe una fórmula única para su implementación.
El Ministerio de Trabajo dio inicio al proyecto en enero pasado y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) fue la responsable de ponerlo en ejecución, se destacó este martes en un comunicado enviado por el organismo gubernamental.
Un grupo de 492 trabajadores de seis instituciones oficiales y empresas privadas participó del estudio, que redujo su semana de trabajo de 44 a 36 horas.
La evaluación técnica realizada por la PUCMM destacó que el 95,3 % de los trabajadores reportó un incremento en su calidad de vida, y el 93,8 % mencionó que el tiempo adicional les sirvió para otras actividades.
Asimismo, hubo una disminución del estrés en un 76 % y una mejora en el balance entre la vida laboral y personal en un 88,6 %, según la autopercepción de los trabajadores.
Estos resultados indican que la reducción de horas no afectó las metas estratégicas ni operativas de los departamentos involucrados. Además, el 96 % de los supervisores consultados no requirieron más trabajadores para cumplir con las funciones habituales.
“Los resultados de este programa piloto demuestran que es posible alcanzar altos niveles de productividad mientras se mejora la calidad de vida de los trabajadores. Esta iniciativa refuerza nuestro compromiso con la creación de condiciones laborales más humanas, eficientes y sostenibles”, expresó el ministro de Trabajo dominicano, Luis Miguel De Camps.
El estudio también subrayó que cerca del 70 % de los supervisores percibieron a los trabajadores menos estresados, más productivos y más comprometidos con su trabajo.
Un 70,5 % de los trabajadores utilizó el espacio adicional para pasar más tiempo de calidad con sus seres queridos, y el 42,4 % se involucró en actividades recreativas que contribuyeron a su bienestar físico y mental.
Sin embargo, estos resultados demostraron que no existe una fórmula única para la implementación de la semana laboral reducida en el país.
Se reconoce que esta modalidad no es aplicable a todas las instituciones o negocios, ya que su adopción, voluntaria, debe considerar la naturaleza de la organización, su entorno, capacidad productiva, estructura de la cadena de valor, el perfil de sus empleados, los bienes y servicios que produce, y el mercado que atiende, entre otros factores.
Al inicio de su puesta en práctica, el plan piloto fue criticado por la Asociación de Empresas de Zonas Francas del Cibao (Asocibao) al considerar de que la aplicación generalizada de este podría tener impactos “potencialmente lesivos” para muchos sectores de la economía.
Desde hace varios años los sindicatos de trabajadores han solicitado a las autoridades que la semana laboral se reduzca de 44 a 40 horas.