Debido al estrés que sufren la gran mayoría de personas en la actualidad algunas tienden a sufrir de bruxismo, el cual es un hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes sin razón funcional. Al apretar continuamente, como consecuencia se producen dolores musculares en la cara, cabeza, cuello y oído; otra consecuencia es el desgaste en gran medida de tejido dentario.
La función de las placas no es curar el bruxismo, su función es prevenir el desgaste de los dientes, cuidando así la anatomía de cada pieza dental, ya que un desgaste excesivo podría desencadenar problemas como pérdida de la estética, sensibilidad, cambios de color y problemas pulpares (del nervio dental), neuralgias, entre otros.
El bruxismo se trata con terapias antiestrés de la mano de algún psicólogo, dicho profesional determinará la causa del estrés y recomendará los pasos a seguir para mejorarlo.
Para adquirir una placa miorrelajante es necesario acudir al odontólogo; tras la toma de una impresión o copia de toda la arcada dental, el doctor la enviará al laboratorio y se confeccionará una placa a la medida exacta del paciente, la cual deberá de usar diariamente. Existen también de venta libre algunas placas que con solo seguir las instrucciones del fabricante, el paciente puede moldear su placa de forma casera, el inconveniente con estas últimas es que muchas veces no quedan bien adaptadas, cómodas o no les permiten al paciente cerrar la boca, mientras que las hechas a la medida son todo lo contrario, por lo tanto son la mejor opción a la hora de decidir.
Dios les bendiga abundantemente.
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