New york.- Max Scherzer no comenzará las prácticas de pretemporada ayer, en el cálido campamento de los New York Mets en Port St. Lucie, Florida.
Tampoco Marcus Stroman estará sacudiéndose el óxido entre los cactus del complejo de los Chicago Cubs en Mesa, Arizona. No resonarán los bates al golpear las pelotas, ni éstas al impactarse contra los guantes.
Tampoco habrá agentes libres que se pongan el uniforme de sus nuevos equipos por primera vez. Ni veteranos que abracen a sus compañeros tras meses de no verlos.
Será imposible ver a los niños recargados contra las alambradas, a la espera de cazar algún autógrafo. De hecho, ni siquiera hay un solo indicio de que alguien se esté preparando para una inauguración de temporada que podría no llegar en la fecha prevista del 31 de marzo.