Desde Chevron Corp. hasta Royal Dutch Shell Plc, los productores están despidiendo a miles de trabajadores y cancelando inversiones para defender sus dividendos.
Los recortes en todo el sector ascienden a US$180,000 millones en lo que va del año, el nivel más alto desde la caída del petróleo en 1986, según Rystad Energy AS, consultora en el área de energía con sede en Oslo.
El máximo responsable ejecutivo de BP Plc, Bob Dudley, dijo que su “prioridad número uno” eran los pagos a los accionistas.
Exxon Mobil Corp., Shell, Chevron, BP y Total SA dijeron a los inversores la semana pasada que los planes de crecimiento futuro no están en riesgo.