Pesadumbre, degradación y desconcierto

Pesadumbre, degradación y desconcierto

Pesadumbre, degradación  y desconcierto

Roberto Marcallé Abreu

MANAGUA, Nicaragua. Observar con ojos fríos la realidad de la humanidad y del mundo es como para sentirse abatido por una profunda y hasta dolorosa pesadumbre.

La desconcertante impresión es que vivimos tiempos apocalípticos, de gran incertidumbre, cuyo desenlace resulta impredecible.

Y, no obstante, es en estas deplorables circunstancias cuando resulta imperativo multiplicar los esfuerzos en la búsqueda de un mejor porvenir para cada niño, mujer, y hombre que son en su medida responsabilidad de la sociedad.

Desconciertan en lo más profundo del alma muchas de las informaciones que nos alcanzan desde nuestra isla distante, pero siempre cercana a nuestro corazón. Es preciso mantener la coherencia y separar el grano de la paja.
Por eso, es esencial la preservación de las conquistas que se han logrado para frenar la degradación y el caos. El Poder Judicial debe proseguir e incrementar sus esfuerzos a fin de que quienes incurrieron en conductas escandalosas con los dineros públicos, sin que importe su estatura económica o política, paguen por sus culpas.

En este orden no se debe transigir bajo ninguna circunstancia. Esa gente que carga sobre sus hombros culpas tan graves como monstruosas bajo ningún aspecto pueden quedar impunes. Nunca se vio en la República Dominicana niveles de degradación, perversidad, prostitución y maldad tan descomunales como los que auparon y promovieron ese grupo de personajes del pasado reciente.

Bastaría con observar el número de quienes utilizan estupefacientes, el de jóvenes dedicados a la delincuencia, los crímenes horribles y los feminicidios de que somos testigos cada día. O, en todo caso, la degradación repugnante que se muestra con todo descaro en las “redes sociales”, esa música incoherente y espantosa, conductas definitivamente reprochables.

Volver al pasado o perdonar esas inconductas sería el peor daño que se le haría al presente y al futuro del país. La gran oportunidad de que nos reencaminemos por senderos de respetabilidad y de progreso la asumió el pueblo dominicano cuando, contra viento y marea, escogió a una persona decente, de principios, sin vínculos con sectores espurios y comprometido con el destino de la Patria. Ese es el camino a seguir.

Contrario a este estado de cosas, se destaca como positiva la independencia judicial, “Abinader sigue su ritmo de trabajo sin que nadie lo perturbe: el presidente cumplirá dos años el próximo 16 de agosto. Balance: Economía satisfactoria, haber atajado la epidemia del Covid 19, recuperar el turismo, la independencia del Poder Judicial, la persecución implacable de la corrupción”.

La conclusión de esta realidad es lo expresado por un columnista en el sentido de que el Ejecutivo “no tiene competencia ni dentro ni fuera de su partido”, “las encuestas lo señalan como favorito en la competencia para las elecciones del 2024”.