Es común escuchar esta trilogía como máxima para el éxito y el logro de las metas. Escuchamos constantemente que no debemos darnos por vencido, que si no podemos a la primera, debemos seguir insistiendo y se podrá a la segunda o a la tercera, tal vez a la cuarta.
Como quien reza el Credo, nos hemos creído que repetir “perseverar, insistir y nunca desistir” puede hacer magia. Repetimos y repetimos, creando -a veces- expectativas que muchas veces pueden lastimarnos y hacernos sentir frustrados si después de la tercera no logramos alcanzar esa anhelada meta o deseo.
Es aquí donde “ser realista” no es un pecado. No es darse por vencidos o renunciar, sino más bien replantear. Analizar si realmente es eso lo que queremos o entender que “todo tiene su tiempo bajo el sol” y que, tal vez, estamos tan empecinados en lograr determinada cosa que dejamos de ver el panorama completo.
Siempre he pensado que, como seres humanos debemos primero conocernos bien para poder elegir nuestras batallas. De qué somos capaces y cuáles son nuestras limitantes… porque todos tenemos “ talones de Aquiles”, no somos perfectos ni infalibles. Elegir en base a al consciencia de nuestro ser, nos permite escoger metas realizables a corto, mediado y largo plazo.
Perseverar puede ser lo que nos lleve al éxito si nuestras metas las elegimos tomando en cuenta lo que somos y de lo que podemos ser capaces… cómo podemos desear pisar la luna si sufrimos de vértigo y claustrofobia. Y es aquí donde el conocimiento es poder.
Insistir, repetir una y otra vez algo para lograr algo que queremos, correctamente valorado es la punta de lanza que puede dar los mejores resultados, siempre y cuando eso en lo que insistimos no sea algo que nos lastima y disminuye, como una relación amorosa que, más que bien, es una espina en el corazón.
“Nunca desistir” es un mensaje poderoso, pero no a costa de nuestra tranquilidad y paz. Debemos recordar que la vida se vive minuto a minuto, y el tiempo que perdemos en la tristeza es el tiempo peor perdido.
Así que, sí, debes “perseverar, insistir y nunca desistir” en todo aquello que te brinde alegría y felicidad.