Todos los haitianos saben que el mandato del presidente dura cinco años y acaba el 7 de febrero, pero el Gobierno y la oposición no se ponen de acuerdo si el tiempo de Jovenel Moise concluye en 2022 o este mismo domingo.
Estas son las claves para entender la polémica, que amenaza con profundizar aún más la inestabilidad política que atraviesa el país caribeño desde 2018 y que, en los últimos meses, se ha visto agravada por una ola de secuestros indiscriminados que ha causado gran malestar entre la población.
1. ¿Qué dice la Ley?
El artículo 134.2 de la Constitución, introducido en una enmienda en 2011, es el que ha dado pie a la controversia. La duda que nadie resuelve es si se puede aplicar o no a la situación actual.
Dice: «El presidente electo entra en servicio el 7 de febrero siguiente a la fecha de su elección. En el caso de que el escrutinio no pueda tener lugar antes del 7 de febrero, el presidente electo entra en servicio inmediatamente después de la validación del escrutinio y se considera que su mandato comienza el 7 de febrero del año de las elecciones».
2. Un caótico proceso electoral en cuatro actos
Primer acto: se anulan las elecciones de octubre de 2015 tras celebrarse la primera vuelta, en las que Moise fue el más votado, por denuncias de fraude.
Segundo acto: el entonces presidente del Senado, Jocelerme Privert, asume la jefatura del Estado el 7 de febrero de 2016, durante 12 meses, para evitar el vacío de poder.
Tercer acto: tras cuatro aplazamientos, las elecciones se repiten en noviembre de 2016. Moise gana holgadamente en la primera vuelta con el 55,67 % de los votos.
Cuarto acto: Moise asume la Presidencia el 7 de febrero de 2017.
3. ¿Quién dice que el mandato acaba en 2021?
Gran parte de la oposición, desde partidos de izquierdas como Fanmi Lavalas, del expresidente Jean-Bertrand Aristide, a figuras de centroderecha, como el presidente del Senado, Joseph Lambert, piden la renuncia de Moise este mismo domingo.
Los sindicatos, las organizaciones de derechos humanos, el Colegio de Abogados, la Iglesia católica, los jesuitas y los evangélicos también defienden esta tesis.
En el exterior, la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), que aglutina a partidos progresistas, también se ha posicionado a favor de 2021.
4. ¿Quién dice que acaba en 2022?
El partido Tèt Kale, de Moise, y otras 15 formaciones de centroderecha en la órbita del Gobierno, la mayoría de ellas sin representación parlamentaria.
La Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos, y otros países apoyan el calendario de Moise. La ONU también ha anunciado que brindará apoyo técnico a las autoridades encargadas de organizar las elecciones de 2021.
5. ¿Qué dicen los expertos?
El profesor de la Universidad Estatal de Haití Sonet Saint-Louis defiende que las elecciones de 2015 y 2016 forman parte de un mismo proceso, lo que sustenta la tesis del fin del mandato este domingo.
Además, explica a Efe que la Constitución establece una relación entre el mandato presidencial y la duración de las legislaturas, que deben acabar con una diferencia de 12 meses.
Por lo que, «desde que Jovenel señaló el final de la 50ª legislatura hace un año», puso fecha de caducidad a su propio mandato.
Georges Michel, uno de los redactores de la Constitución de 1987, era favorable a la tesis del final del mandato en 2022, pero dice a Efe que ha cambiado de opinión por el «comportamiento dictatorial» de Moise; así que ahora aboga porque salga del poder lo antes posible.
Moise gobierna por decreto desde enero de 2020, cuando se disolvió el Parlamento sin celebrarse elecciones para renovarlo y, según el experto, el mandatario ha abusado de esta herramienta.
Este historiador también acusa a Moise de tratar de «destruir la Constitución» actual y vaticina que si no se va, Haití puede sumirse en la violencia.
«Si Jovenel Moise no se va el 7 de febrero, podría haber enfrentamientos y mucha violencia. Habría enfrentamientos. Intentarán echar a Jovenel Moise por la fuerza y a cambio Jovenel podría intentar hacer una masacre, lo cual no lo favorecerá. Si lo sacan del palacio podrían matarlo como hicieron con el presidente Vilbrun Guillaume Sam», muerto en una insurrección en 1915.