Wilfredo Mora
Pareciera que la policía de proximidad o comunitaria representa un modelo nuevo de policía, pero la verdad es que ya existía en varios países de Europa, Asia y en los Estados Unidos.
De desarrollarse con éxito en nuestro país, eso dependerá de varios factores, entre ellos la construcción del perfil de policía comunitario, que a su vez señala variaciones de acuerdo con sus características sociales, políticas y económicas de la peculiar y difícil realidad de la actual institución policial.
El pasado 29 de noviembre, en la ciudad de Santo Domingo, se realizó el Seminario Internacional ‘Seguridad Ciudadana y Convivencia Post-Covid en América Latina’. A juzgar por los contenidos desarrollados, todo indica que apostaremos hacia un modelo comunitario de policía. La policía comunitaria se considera el futuro de nuestros cuerpos policiales, en materia de seguridad y de convivencia pacífica de las comunidades.
De inmediato terminó el evento de expertos, surgieron las resistencias en determinados grupos de las mismas instituciones policiales, como si opusieran al desarrollo de la policía comunitaria, por considerarla algo diferente de lo que se ha venido realizando hasta la fecha, y porque descentraliza los servicios policiales, situación que es mal vista por algunos oficiales acostumbrados a la ‘administración centralizada’ de la organización policial.
Hay que darle una oportunidad a la concepción comunitaria, que exige que los simples agentes tengan una mayor identificación con los aspectos cotidianos que generan violencia, una mayor identidad para participar en los problemas del entorno y buscar soluciones prácticas en común acuerdo con los vecinos.
Todo este esquema obliga a la Policía a una nueva ubicación y a un manejo de situaciones basada en la aplicación de renovados procesos policiales, donde la prevención y el trabajo multisectorial juegan un papel fundamental.
La Policía comunitaria surge también como una reacción interna de la institución a este distanciamiento con la ciudadanía que habían experimentado las policías y a su impotencia ante el desborde de la delincuencia.
Al enumerar algunas líneas generales de la policía comunitaria o de proximidad, las características y los fundamentos de este modelo de la policía comunitaria, serían las siguientes: descentralización, proximidad, participación ciudadana, corresponsabilidad, resolución de problemas, prevención y proactividad, territorialidad, trabajo multidisciplinario e integración social. En todas estas situaciones, de darse, la comunidad y la Policía trabajarían juntos. La investigación policial es el principal soporte de la prevención.
Para ello es preciso adoptar un nuevo uniformado, un nuevo policía de proximidad, que incorpore con la ayuda de una capacitación permanente nuevas actitudes, así como los criterios de selección de los policías comunitarios se adecuen a las nuevas necesidades de este modelo policial, que pone énfasis en la persona y no en las máquinas ni en las armas. Hay que invertir la tendencia: se debe gastar más en la formación que en el material.
Sin que se convierta en un superpolicía, se aspira al siguiente perfil: adoptar nuevas actitudes y aptitudes; este policía deberá poder usar todos sus recursos internos para adaptarse a las situaciones de peligro, desarrollar su memoria e inteligencia para tomar decisiones, tener aptitudes positivas y de acuerdo a su vocación de servicio; comunicación interpersonal; entusiasmo e ilusión por su trabajo; visión policial de los problemas; entrega para servir a los demás; mediación y negociación; conocimientos actualizados; capacidades y técnicas de actuación policial; decisión y responsabilidad; técnicas de relación social; persuasión; adaptación al trabajo planificado individual y sentido del equipo.
