La percepción es clave en estos tiempos modernos para aparentar lo que es, lo que puede ser y lo que no es.
Los que se apoyan en ella, definitivamente, en la mayoría de los casos, obtienen sus objetivos con un poco de esfuerzo promocional y publicitario.
Bajo ese esquema, la mayoría, consciente o inconscientemente, apoya lo que le colocan por “arribita ”, es decir, superficialmente, porque que si lo exponen al análisis científico es seguro que se le derrumba el edificio que han construido en arena.
Sin embargo, la percepción de que se levanta una gran estructura en roca sólida hace que se tenga la creencia de que se trabaja hacia objetivos que buscan beneficiar a las grandes mayorías.
Mientras la mayoría de la gente siga aceptando como bueno y válido lo que le presentan, y con la misma percepción de que se transita por un camino sin obstáculos, asimismo continuarán aplicándole los medicamentos, que tienen como meta abobarlos, “amemarlos” y desmentalizarlos.
La carencia de consciencia hace que la gente no preste atención ni a sus propias dolencias y precariedades. Cuando se llega a esa etapa, ya hay muy poco que hacer.