Lo más desagrable, aberrante e indeseable para un equipo en una competencia es perder por “fortfeit” (No presentarse en el terreno a la hora y lugar indicado), como sucedió el viernes con el equipo dominicano que participa en el torneo premundial-U12, que se celebra en Aguascalientes, México.
Los dominicanos atravesaron por la misma enojosa situación el año pasado y los organizadores, a sabiendas lo que eso significa para esos niños, reajustaron el calendario, permitiendo que jugaran en doble cartelera. El pasado viernes, por los dominicanos ser reincidentes, fueron castigados con un “fortfeit” frente a Cuba.
Los niños dominicanos debieron llegar el martes a Aguascalientes, y no fue así porque no aparecieron los pasajes, eso luego de muchas horas de trabajo para sacar esa selección.
El viernes, como un Chapulín Colorado, apareció la línea aérea Arajet y decidió llevarlos hasta Ciudad México, luego de ahí tuvieron que abordar un autobús por 14 horas para llegar a su destino.
Esos héroes, porque así es como deben ser llamados, con todo y cansancio, inmediatamente el sábado le ganaron a Puerto Rico 5-4. El domingo perdieron ante Panamá 14-3, pero ayer se repusieron con un súper nocaut 24-2 a Brasil.
Un connotado periodista amigo me dijo que no señalara al ministro de Deportes, Francisco Camacho, como responsable de esa lamentable situación, porque sus “colaboradores o adulones” les hacen saber que eso no es nada, porque él está haciendo una gestión tan brillante que concluirá como el segundo padre del olimpismo dominicano, muy de cerca de Wiche García Saleta.
Es evidente que aquí ese evento, donde se reconoce a temprana edad a los talentos del futuro en béisbol, no recibe la importancia que les dan otros países.
México adquirió los derechos del premundial U12 por diez años y Taiwán se quedó con el mundial por esa misma cantidad de años.