Percepciones
Pocos presidentes han enfrentando tan exitosamente como Abinader tres retos simultáneos: pandemia, crisis mundial por disrupción logística y efectos de la guerra en Ucrania, todos foráneos.
Nuestra agroindustria mantuvo abastecido al comercio.
Logramos la más rápida recuperación del turismo. Por la estabilidad y relativamente baja inflación, lideramos el crecimiento en Latinoamérica.
Hemos defendido la soberanía ante incordios internos y externos por la implosión de Haití. Nunca hemos combatido tanto y tan exitosamente al narcotráfico.
Nuestra diplomacia brilla. Educación y la Policia están arreglándose. Abinader logró una cómoda reelección.
Pese a tantos aciertos, desde que fracasó la impremeditada e inconsulta reforma tributaria y quedó imposibilitado un tercer período presidencial, el Gobierno perdió la iniciativa del debate político. ¿Qué pasó? Llevarse mucho de encuestas conduce a yerros. Aparentemente la popularidad o aprobación se han recuperado, mas la “malaise” sigue.
Amigos me preguntan, ¿pese a tanto éxito, cual será el legado de Luis? Llevándose del soberbio e ineficaz zar eléctrico, la quiebra de las EDE empeorará, con altísimo costo político.
Sin voluntad para ordenar el caos del tránsito con macana legal, los tapones se agravarán.
Si las reformas encarecen y dificultan la inversión y creación de empleos formales, la economía sufrirá. Debemos renovar la esperanza. Ojalá el esperado sacudón ministerial permita al Gobierno enfocarse con precisión de láser en dos o tres asuntos cuya solución sea el legado de un gran presidente.
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